Empanadas de humita

Empanadas de Humita
Receta de Empanadas de Humita

Las empanadas de humita son una receta tradicional argentina que combina la suavidad del choclo cremoso con la textura dorada y crujiente de la masa. Este clásico del norte del país conquista por su sabor dulce y suave, acompañado por la delicada salsa blanca que aporta cuerpo y cremosidad al relleno. Su origen se remonta a la antigua cocina andina, donde la humita se preparaba con maíz fresco y especias locales, una tradición que hoy se mantiene viva en cada empanada casera o de panadería.

Fáciles de preparar y llenas de sabor, estas empanadas pueden hacerse con choclo en lata o fresco, logrando un resultado delicioso en ambas versiones. El toque de queso fundido potencia su sabor y aporta esa textura irresistible que las hace únicas. Ideales para compartir en reuniones, cenas o picadas, las empanadas de humita son un plato versátil, nutritivo y representativo de la cocina argentina, perfecto para disfrutar en cualquier momento.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 30 minutos
  • Tiempo de cocinado: 20 minutos
  • Tiempo total: 50 minutos
  • Raciones: 12 empanadas
  • Categoría: Empanadas
  • Tipo de cocina: Argentina
  • Calorías por ración: 250 kcal

Ingredientes

Para la masa

  • 300 g de harina 000 o 0000
  • 120 ml de agua tibia
  • 50 ml de aceite vegetal o neutro
  • 1 cdta de sal

Para el relleno

  • 2 choclos frescos grandes o 1 lata de choclo cremoso + 1 lata de choclo en grano
  • 1 cebolla mediana
  • ½ cebolla de verdeo (opcional)
  • ½ morrón rojo o 1 tomate chico (opcional)
  • 1 diente de ajo (opcional)
  • 25 g de manteca
  • 35 g de harina 0000
  • 200–250 ml de leche
  • 100–150 g de queso cremoso tipo muzzarella
  • 50 g de queso rallado (opcional)
  • Sal, pimienta, nuez moscada y pimentón dulce a gusto
  • 1 cda de maicena disuelta en 2 cdas de leche (opcional)
  • Aceite c/n

Como hacer Empanadas de humita

  1. Preparar el choclo: Si usás choclos frescos, cocinalos en agua hirviendo durante unos 6 a 8 minutos, solo hasta que estén tiernos. Una vez fríos, desgranalos con un cuchillo, y si querés una textura más cremosa, rallá uno de los choclos o procesá la mitad de los granos. Esta mezcla de granos enteros y crema le da a la humita ese equilibrio entre suavidad y textura. Si preferís usar enlatados, mezclá una lata de choclo cremoso con otra de granos enteros. Es importante colar bien los granos enlatados para que el relleno no quede aguado.
  2. Rehogar las verduras: Picar la cebolla y el morrón en cubitos pequeños, y si usás cebolla de verdeo, separá la parte blanca de la verde. En una sartén amplia, calentar una cucharada de aceite junto con una cucharadita de manteca, y rehogar la cebolla hasta que quede transparente, lo que toma unos 4 a 6 minutos. Luego añadir el morrón y el ajo picado, y cocinar un par de minutos más. Si usás verdeo, incorporá la parte blanca en este momento y reservá la parte verde para el final. Una vez que las verduras estén tiernas, agregá el choclo desgranado y mezclá todo. Cociná por unos minutos para que el choclo absorba el sabor de las verduras. Condimentá con una pizca de sal y pimentón dulce para realzar el color y el aroma. Este paso es clave, ya que el rehogado define el sabor base del relleno.
  3. Preparar la salsa blanca: En una olla aparte, derretí la manteca a fuego medio y añadí la harina. Cociná esta mezcla durante un minuto sin dejar de revolver, hasta que tenga una textura pastosa y un color ligeramente dorado, lo que elimina el gusto a crudo de la harina. Incorporá la leche poco a poco, batiendo constantemente con un batidor o cuchara de madera hasta obtener una crema espesa y lisa. Si querés que la humita quede más firme, podés agregar una cucharada de maicena disuelta en un poco de leche fría. Cociná hasta que la salsa hierva suavemente y espese bien. Condimentá con sal, pimienta y una pizca de nuez moscada, que le da el toque tradicional. La consistencia ideal es cremosa, ni líquida ni dura, para que al enfriar quede manejable y no se escape de las empanadas durante el horneado.
  4. Integrar el relleno de humita: Verté el rehogado de verduras y choclo sobre la salsa blanca caliente y mezclá bien hasta integrar todos los ingredientes. Luego añadí los quesos: el rallado para aportar sabor y el cremoso en trocitos para dar una textura fundente. Cociná todo a fuego bajo unos minutos más hasta que el queso se derrita por completo y el relleno se vea homogéneo. Si notás que quedó demasiado líquido, cociná un poco más o agregá una cucharadita extra de harina o maicena. Probá y ajustá condimentos con sal, pimienta o más pimentón si te gusta un tono más dorado. Finalmente, retiralo del fuego, colocá el relleno en un bowl y cubrilo con film en contacto para evitar que se forme costra. Dejalo enfriar completamente antes de armar las empanadas, incluso podés llevarlo unos minutos a la heladera. Este enfriado es fundamental para que el relleno no se escape ni ablande la masa al hornear.
  5. Preparar la masa: En un bowl grande, mezclá la harina con la sal, agregá el aceite y comenzá a incorporar el agua tibia de a poco mientras unís con las manos o una cuchara hasta formar un bollo. Amasá durante unos minutos hasta que la masa quede lisa y elástica, sin grumos ni grietas. Si ves que está seca, añadí un poco más de agua; si está muy pegajosa, espolvoreá un poco de harina. Cubrí la masa con un paño y dejala descansar unos 10 o 15 minutos para que se relaje y sea más fácil de estirar. Este descanso evita que la masa se encoja al cortarla. Luego, estirala con palo de amasar hasta un grosor de unos 2 o 3 milímetros y cortá discos de unos 12 cm de diámetro. Si te sobran recortes, volvé a unirlos, amasá suavemente y estirá otra vez. Si preferís usar tapas compradas, sacalas de la heladera unos minutos antes para que estén maleables.
  6. Armar las empanadas: Colocá un disco de masa sobre la mesa o en la palma de la mano, poné en el centro una o dos cucharadas del relleno frío, cuidando de no sobrecargar para que no se abran durante la cocción. Si usás queso adicional, podés poner un par de cubitos pequeños sobre el relleno, y si el relleno está muy húmedo, espolvoreá un poco de maicena en el centro para absorber la humedad. Humedecé los bordes con un poco de agua, cerrá la empanada presionando los bordes y hacé el repulgue que más te guste, ya sea con los dedos o con un tenedor. Es importante sellarlas bien para que el relleno no se escape al hornearlas. Si querés que queden con un dorado intenso, podés pincelarlas con yema batida mezclada con una cucharadita de leche.
  7. Cocinar las empanadas: Precalentá el horno a temperatura fuerte (220–240 °C). Colocá las empanadas en una placa ligeramente enmantecada o con papel manteca, dejando un poco de espacio entre una y otra para que circule el aire. Hornealas durante unos 10 a 18 minutos, o hasta que estén doradas y crujientes. Si tu horno es suave, pueden necesitar un poco más de tiempo. Cuando al golpearlas con los dedos suenen huecas, están listas. Retiralas del horno y dejalas reposar unos minutos antes de servir para que el relleno se asiente. También podés freírlas en aceite a 170–180 °C por unos 3 a 5 minutos si preferís una versión más crocante, aunque el horno es más tradicional y liviano.
  8. Servir y disfrutar: Servilas tibias, con la masa crujiente y el relleno cremoso, idealmente acompañadas de una ensalada fresca o una salsa criolla suave. Si te sobran, podés congelarlas crudas: colocalas sobre una placa, lleválas al freezer hasta que estén duras y luego guardálas en una bolsa hermética. Para cocinarlas, solo hornealas directamente congeladas, agregando unos minutos extras de cocción. Las empanadas de humita ganan sabor si las dejás reposar un rato después de cocinarlas, ya que el relleno se asienta y la textura se vuelve aún más cremosa.