Rellenos de güisquil

Los rellenos de güisquil son un plato tradicional que forma parte de la cocina salvadoreña, apreciado por su textura esponjosa y su sabor reconfortante. Esta receta salvadoreña combina verduras tiernas como el güisquil, también conocido como chayote o mirliton, con queso fundido, envueltas en huevo batido, fritas y cocinadas en una deliciosa salsa de tomate. Los salvadoreños suelen preparar rellenos de distintos vegetales como ejotes, papas, calabacines o chiles, y muchas veces los rellenan con queso o carne, acompañándolos con arroz para una comida completa y llena de sabor. Esta versión destaca por ser ligera, vegetariana y auténtica, siguiendo las tradiciones de El Salvador.
En Estados Unidos, el güisquil se encuentra fácilmente en mercados latinos o internacionales, aunque algunos supermercados convencionales también lo venden. Su sabor recuerda al calabacín y su textura crujiente hace que cada bocado sea delicioso. Pelarlo es clave antes de cocinarlo, ya que la cáscara es demasiado dura para comer. Con esta receta salvadoreña podrás disfrutar de un plato típico de El Salvador en tu propia cocina, perfecto para compartir y sorprender a familiares y amigos.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 20 minutos
- Tiempo de cocinado: 40 minutos
- Tiempo total: 60 minutos
- Raciones: 4-6
- Categoría: Plato principal
- Tipo de cocina: Salvadoreña
- Calorías por ración: 250 kcal
Ingredientes
- 3–4 güisquiles medianos (chayotes)
- 8 rebanadas de quesillo o queso fresco (aprox. 250–300 g)
- 3 huevos grandes
- 1 cucharada de harina (opcional)
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite vegetal para freír (aprox. 1–2 tazas / profundidad ~1–2 cm)
Para la salsa
- 4 tomates maduros grandes (o 400 g de pasta/salsa de tomate)
- 1 taza de agua o caldo de pollo/vegetal
- ½ cebolla
- ½ pimiento (cualquier color)
- 1 diente de ajo (opcional)
- ½ cucharadita de orégano seco
- Sal y pimienta al gusto
- 1 cucharada de aceite para sofreír
Opcional para servir
- Arroz blanco
- Curtido de repollo o ensalada fresca
- Cilantro picado
Como hacer Rellenos de güisquil
- Preparar el güisquil: Comienza pelando los güisquiles con un pelador de vegetales, ya que la piel es dura y resbaladiza. Corta cada güisquil en rodajas de aproximadamente medio centímetro de grosor, retirando la semilla central si la encuentras. Coloca las rodajas en agua con sal hirviendo durante seis a ocho minutos, justo el tiempo para que queden tiernas pero firmes. Escurre bien las rodajas y sécalas con papel absorbente; esto es muy importante para que no salpiquen al freírlas y para que el rebozado se adhiera correctamente.
- Formar los rellenos con queso: Empareja las rodajas de güisquil según su tamaño y coloca entre ellas una rebanada de quesillo o queso fresco. Es importante que las rebanadas de queso tengan un grosor similar al de las rodajas de güisquil, para que se fundan uniformemente durante la cocción. Forma pequeños “sándwiches” de güisquil con queso en medio, manipulándolos con cuidado para que el queso no se deslice antes del rebozado.
- Preparar el batido para rebozar: Separa las claras de los huevos en un bol limpio y bátelas con una pizca de sal hasta lograr un merengue firme. En otro bol, bate las yemas con una cucharada de harina y un poco de sal y pimienta. Luego, incorpora suavemente las yemas al merengue con movimientos envolventes. El resultado debe ser un rebozado esponjoso y ligero que cubrirá los rellenos perfectamente.
- Freír los rellenos: Calienta en una sartén suficiente aceite para cubrir aproximadamente un centímetro de profundidad. La temperatura ideal es media, alrededor de 170–180 °C. Pasa cada sándwich de güisquil por la mezcla de huevo, asegurándote de cubrirlo bien por todos lados, y colócalo con cuidado en el aceite caliente. Fríe cada lado durante uno o dos minutos hasta que estén dorados y esponjosos. Hazlo en tandas pequeñas y retira los rellenos con una espumadera, colocándolos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
- Preparar la salsa de tomate tradicional: Si usas tomates frescos, hiérvelos unos minutos y luego licúalos con una taza de agua o caldo de pollo hasta obtener una mezcla homogénea. Si usas pasta o salsa de tomate enlatada, mézclala directamente con el agua o caldo. En una sartén aparte, calienta una cucharada de aceite y sofríe media cebolla picada y medio pimiento hasta que estén transparentes; añade un diente de ajo machacado si lo deseas. Agrega la mezcla de tomate y sazona con media cucharadita de orégano seco, sal y pimienta al gusto. Deja hervir suavemente entre 15 y 20 minutos hasta que la salsa espese ligeramente y los sabores se integren.
- Cocinar los rellenos en la salsa: Cuando los rellenos estén dorados y la salsa lista, colócalos dentro de la sartén con la salsa caliente. Baja el fuego a medio-bajo y tapa parcialmente, dejando que se cocinen entre 12 y 15 minutos. Durante este tiempo, el queso se derretirá por completo y el güisquil absorberá el sabor de la salsa sin deshacerse. Mantén un hervor suave, ya que un fuego demasiado fuerte podría romper la cobertura de huevo. Antes de servir, prueba la salsa y ajusta de sal si es necesario.
- Servir y acompañar: Sirve los rellenos calientes, acompañados de arroz blanco, curtido de repollo o ensalada fresca. Para un toque fresco, espolvorea cilantro picado justo antes de llevarlos a la mesa. Los rellenos también se pueden hornear en lugar de freír, colocándolos en bandeja con un chorrito de aceite a 200 °C durante 15 minutos, dándoles la vuelta a la mitad de la cocción, y luego terminándolos en la salsa.