Rosquillas de yema [Rosquillas de Alcalá]
 
  En esta receta elaboramos las tradicionales rosquillas de yema, un postre típico de Alcalá de Henares, en la comunidad de Madrid. Estas rosquillas combinan una delicada masa de hojaldre con un glaseado de yema de huevo y un glaseado real, creando un contraste perfecto entre textura crujiente y suavidad cremosa. Su origen se remonta a la repostería histórica de la región, convirtiéndose en un dulce muy apreciado tanto por su sabor como por su presentación elegante. Prepararlas en casa es sencillo, y el resultado es un producto artesanal que supera con creces a las opciones que se pueden comprar en pastelerías comerciales.
Las rosquillas de Alcalá se hornean hasta lograr un acabado dorado y una yema glaseada brillante, listas para disfrutar. Su historia refleja la tradición repostera madrileña y la dedicación de generaciones de pasteleros, y se puede disfrutar sin preocuparse demasiado por las calorías gracias a su tamaño moderado. Esta receta permite revivir la auténtica experiencia de la pastelería de Madrid, combinando técnicas clásicas con ingredientes sencillos, como el hojaldre y la yema de huevo, para conseguir un resultado delicioso y visualmente atractivo que encantará a toda la familia.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 25 minutos
- Tiempo de cocinado: 35 minutos
- Tiempo total: 1 hora
- Raciones: 12
- Categoría: Repostería
- Tipo de cocina: Madrileña
- Calorías por ración (kcal): 250 kcal
Ingredientes
- 3 planchas de hojaldre
- 1 huevo
Para el glaseado de yema
- 80 ml de agua
- 150 g de azúcar
- 5 yemas de huevo
- 1 huevo
Para el glaseado real
- 2 claras de huevo
- 250 g de azúcar glas
- Zumo de un limón
Como hacer rosquillas de yema
- Preparar el hojaldre: Colocamos las tres planchas de hojaldre sobre una superficie plana y pintamos cada una con huevo batido. Vamos superponiendo las planchas una encima de la otra, creando una masa más consistente. Con la ayuda de un rodillo, estiramos ligeramente para que se unan bien, pero sin presionar demasiado para que mantengan el aire.
- Dar forma a las rosquillas: Con un vaso o cortador redondo formamos las rosquillas, recortando círculos y después haciendo un orificio en el centro. Colocamos las piezas en una bandeja de horno con papel vegetal. Pulverizamos con un poco de agua para favorecer el crecimiento del hojaldre durante el horneado.
- Hornear las rosquillas de hojaldre: Introducimos la bandeja en el horno precalentado a 180 grados durante unos 20 minutos, hasta que estén doradas y bien levantadas. Una vez listas, las dejamos enfriar sobre una rejilla para que mantengan su textura crujiente.
- Preparar el glaseado de yema: En un cazo ponemos el agua y el azúcar, calentando hasta obtener un almíbar a punto de hebra. Dejamos templar ligeramente. En un bol batimos las yemas con el huevo y añadimos poco a poco al almíbar, sin dejar de remover. Pasamos la mezcla por un colador fino para eliminar impurezas y obtener una crema suave.
- Bañar las rosquillas en yema: Sumergimos cada rosquilla en el glaseado de yema, cubriéndolas bien por la parte superior. Las colocamos de nuevo sobre la rejilla para que escurran y se sequen de manera uniforme.
- Preparar el glaseado real: En un recipiente mezclamos el zumo de limón con las claras de huevo y el azúcar glas, batiendo hasta conseguir una textura densa y homogénea. Este glaseado dará brillo y un acabado perfecto a las rosquillas.
- Glasear y secar las rosquillas: Bañamos la parte superior de cada rosquilla en el glaseado real y las llevamos al horno a 50 grados durante 15 minutos para que se sequen y adquieran consistencia. Las dejamos enfriar sobre la rejilla hasta que estén listas para servir.