Bizcocho marroquí

Bizcocho marroquí
Receta de bizcocho marroquí

En esta receta elaboramos un bizcocho marroquí original, típico de la ciudad de Écija, que ha sido preparado desde el siglo XVIII por las monjas del convento de las marroquíes. Este dulce tradicional destaca por su textura ligera y esponjosa, resultado de la cuidadosa mezcla de huevos y almidón de trigo, y su característico glaseado que lo convierte en un postre único. Su elaboración artesanal mantiene la autenticidad que ha trascendido generaciones, permitiendo disfrutar de un sabor histórico en cada bocado.

Desde 2014, este bizcocho también se produce en la ciudad de Osuna, en Sevilla, donde es posible comprar este dulce siguiendo la receta tradicional de las monjas. Ideal para meriendas, celebraciones o como detalle gastronómico, el bizcocho marroquí de Écija y Osuna combina tradición y calidad en cada porción, ofreciendo una experiencia única que conserva el legado del convento y la autenticidad de una receta original que ha conquistado paladares durante siglos.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 20 minutos
  • Tiempo de cocinado: 25 minutos
  • Tiempo total: 45 minutos
  • Raciones: 8 porciones
  • Categoría: Repostería
  • Tipo de cocina: Andaluza
  • Calorías por ración (kcal): 240 kcal

Ingredientes

  • 100 g de almidón de trigo
  • 5 huevos grandes
  • 250 g de azúcar

Para el glaseado

  • 230 g de azúcar glas
  • Agua

Como hacer bizcocho marroquí

  1. Batir los huevos con el azúcar: En un bol grande, bate los huevos con el azúcar durante al menos 15 minutos. Debes obtener un merengue muy blanco, espumoso y que haya triplicado su volumen. Este paso es clave para conseguir un bizcocho ligero y esponjoso.
  2. Incorporar el almidón: Añade el almidón de trigo poco a poco, cucharada a cucharada, mezclando de manera envolvente con una cuchara de madera. Esto ayuda a mantener la aireación de la masa y evita que se baje el merengue. Asegúrate de que cada cucharada esté completamente integrada antes de añadir la siguiente.
  3. Preparar el molde: Engrasa un molde con mantequilla o aceite y cubre la base con papel vegetal. Esto garantiza que el bizcocho no se pegue y se desmolde fácilmente después de hornearlo.
  4. Hornear el bizcocho: Vierte la masa en el molde y hornea en un horno precalentado a 180 °C durante 25 minutos con calor únicamente por la parte inferior. No abras el horno antes de tiempo para evitar que el bizcocho se hunda.
  5. Preparar el glaseado: Mientras se hornea el bizcocho, mezcla el azúcar glas con un poco de agua hasta obtener una textura lisa y fluida. La cantidad de agua dependerá de la consistencia que desees, pero debe ser suficiente para pintar la superficie sin que escurra demasiado.
  6. Glasear y enfriar: Cuando el bizcocho esté templado, pinta la superficie con el glaseado. Coloca el bizcocho en el frigorífico durante al menos 1 hora para que el glaseado se asiente y el bizcocho tome la textura perfecta.