Rosquetes canarios

En esta receta elaboramos rosquetes canarios, un dulce tradicional típico de las Islas Canarias. Estas rosquillas caseras, también conocidas como rosquetes, tienen un sabor suave pero inconfundible gracias al toque cítrico del limón o la naranja, y al aroma del anís, muy presente en muchas versiones. Se preparan siempre con huevo, lo que les da una textura esponjosa y equilibrada. Suelen cocinarse al horno, lo que aporta un acabado dorado y crujiente por fuera, manteniendo el interior tierno. Son muy fáciles de hacer en casa y perfectos para acompañar el café o disfrutar en meriendas especiales.
Los rosquetes tienen su origen en la repostería tradicional de las islas y forman parte de la historia y cultura gastronómica canaria. Muchas recetas provienen directamente de las cocinas de la abuela, transmitidas de generación en generación, especialmente en épocas festivas como la Semana Santa o las romerías. Estos dulces caseros no solo destacan por su sabor, sino también por su valor sentimental y cultural.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 30 minutos
- Tiempo de cocinado: 40 minutos
- Tiempo total: 1 hora 10 minutos
- Raciones: 30 rosquetes
- Categoría: Repostería
- Tipo de cocina: Canaria
- Calorías por ración (kcal): 180 kcal
Ingredientes
Para la masa
- 1 kilo de harina de trigo
- 250 ml de jugo de naranja
- 250 ml de aceite
- 200 gr de azúcar
- 10 gr de levadura química
- 4 huevos
- 5 gr de ralladura de limón
- 10 gr de anís en grano
- 5 gr de canela en polvo
- Aceite para freír
Para el glaseado
- 200 gr de azúcar
- 200 ml de agua
Como hacer rosquetes canarios
- En un bol ponemos el aceite, el jugo de naranja, los huevos, el azúcar, la canela, la ralladura de limón y el anís. Integramos bien todos los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea.
- Mezclamos la levadura con la harina y la tamizamos con la ayuda de un colador.
- Añadimos poco a poco la harina, al bol con la mezcla que acabamos de preparar, mientras vamos amasando con las manos hasta obtener una masa bien lisa que se despega de las manos.
- Creamos una bola con la masa obtenida y la dejamos reposar 15 minutos, tapándola con un paño.
- Vamos cogiendo porciones de masa del tamaño de una nuez y la estiramos hasta que tenga forma de churro.
- Enrollamos la masa, juntando ambos extremos, ejerciendo presión para que no se habrán al freírlos.
- En una sartén al fuego con el aceite bien caliente ponemos a freír los rosquetes, por ambos lados, hasta que estén dorados.
- Reservamos los rosquetes en un colador o papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
- Mientras los rosquetes se enfriar preparamos el almíbar. Ponemos un cazo a fuego medio con el azúcar y el agua. Llevamos a ebullición hasta obtener el punto de hilo y retiramos del fuego.
- Seguidamente vamos introduciendo los rosquetes en el almíbar hasta que queden totalmente cubiertos.
- Dejamos secar los rosquetes sobre una rejilla hasta que el almíbar se haya secado formando una capa blanca de azúcar.