Filloas de sangre

Las filloas de sangre son una receta tradicional gallega que refleja la autenticidad de la cocina de la aldea. Se elaboran con ingredientes sencillos como huevos, agua, harina, leche y la sangre de cerdo, utilizada principalmente durante la matanza en los meses de noviembre y diciembre. Esta preparación tiene su origen en la tradición familiar y se considera un plato “de la abuela”, transmitido de generación en generación. Su textura ligera y fina, similar a los crepes, y su sabor intenso hacen de estas filloas un alimento único, ligado a la cultura y gastronomía de Galicia.
A diferencia de los crepes, que suelen llevar mantequilla, las filloas gallegas no la incluyen; en esta receta se utiliza sangre de cerdo, aunque en otras versiones tradicionales la leche podía sustituirse por agua o caldo. Esta característica les da una versatilidad especial, permitiendo disfrutarlas como postre dulce o en preparaciones saladas. Cocinarlas en sartén con manteca de cerdo mantiene su autenticidad, conservando el sabor tradicional y la esencia de la cocina casera de Galicia.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 15 minutos
- Tiempo de cocinado: 30 minutos
- Tiempo total: 45 minutos
- Raciones: 4 raciones
- Categoría: Repostería
- Tipo de cocina: Gallega
- Calorías por ración (kcal): 320 kcal
Ingredientes
- 500 ml de leche entera
- 500 ml de agua
- 250 ml de sangre de cerdo fresca
- 500 g de harina de trigo
- 6 huevos
- Una pizca de sal
- 1 cucharadita de canela en polvo (opcional)
- Ralladura de limón (opcional)
- Manteca de cerdo para engrasar la sartén
- Azúcar o miel para servir
Como hacer filloas de sangre
- Preparar la mezcla base: En un bol amplio, bate los huevos y añade el agua, la leche y una pizca de sal. Si deseas darles un toque extra de sabor, incorpora también la ralladura de limón y la canela en polvo.
- Añadir la harina sin grumos: Agrega la harina poco a poco, mezclando sin parar con unas varillas manuales o eléctricas. Es importante remover de forma continua para evitar la formación de grumos y conseguir una masa homogénea.
- Incorporar la sangre de cerdo: Cuando la mezcla esté uniforme, vierte la sangre de cerdo fresca y remueve hasta integrarla completamente. La masa debe quedar líquida y suave, sin grumos.
- Dejar reposar la masa: Introduce la mezcla en el frigorífico y déjala reposar durante al menos 30 minutos. Esto ayuda a que las filloas tengan mejor textura al cocinarlas.
- Engrasar la sartén: Coloca una sartén antiadherente a fuego medio-alto y añade una pequeña cantidad de manteca de cerdo. Espera a que se derrita y se caliente bien antes de verter la masa.
- Cocinar las filloas de sangre: Con un cucharón, vierte una fina capa de masa en la sartén, procurando que tenga aproximadamente un milímetro de grosor. Sube el fuego al máximo durante unos segundos y, cuando los bordes empiecen a despegarse, da la vuelta a la filloa para que se dore por el otro lado.
- Repetir el proceso: Apila las filloas en un plato una encima de otra para que se mantengan calientes y tiernas. Engrasa la sartén con un poco más de manteca cada vez que lo necesites y repite el proceso hasta terminar la masa.
- Servir con azúcar o miel: Espolvorea azúcar por encima de las filloas de sangre o añade un hilo de miel al gusto. Se pueden disfrutar calientes o templadas, solas o acompañadas de café, leche o vino dulce.