Espinacas labradas
En esta receta preparamos espinacas labradas, un plato tradicional de Écija en Andalucía que destaca por su sabor intenso y su textura cremosa. Elaboradas con espinacas frescas, ajo, pan y un majado de especias, estas espinacas se convierten en un entrante delicioso o un aperitivo perfecto para cualquier ocasión. Su preparación respetando la tradición permite conservar al máximo los beneficios de las espinacas, aportando vitaminas, minerales y antioxidantes que enriquecen tu dieta diaria.
Puedes disfrutar las espinacas tanto calientes como frías, y también se pueden preparar con espinacas congeladas si no tienes frescas a mano, manteniendo gran parte de su sabor y propiedades. Este plato versátil se puede servir como primer plato, acompañamiento o incluso como tapa para compartir. La combinación de ingredientes simples y técnicas tradicionales convierte las espinacas labradas de Écija en una receta saludable, llena de sabor y con un toque casero que encantará a todos, perfecta para quienes buscan disfrutar de la gastronomía andaluza con un plato nutritivo y fácil de preparar.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 15 minutos
- Tiempo de cocinado: 25 minutos
- Tiempo total: 40 minutos
- Raciones: 4-6 raciones
- Categoría: Plato principal
- Tipo de cocina: Andaluza
- Calorías por ración (kcal): 280 kcal
Ingredientes
- 1 kg de espinacas frescas
- 250 g de pan del día anterior
- 500 ml de aceite de oliva virgen extra
- 8 dientes de ajo
- 1 cucharada de pimentón dulce
- 1 cucharada de comino molido
- Vinagre al gusto
- Sal gruesa al gusto
Como hacer espinacas labradas
- Lavar y preparar las espinacas: Lava cuidadosamente las espinacas con abundante agua para eliminar tierra y residuos. Corta las hojas en trozos regulares y reserva.
- Hervir y enfriar las espinacas: Hierve las espinacas en agua caliente durante unos minutos hasta que estén tiernas. Para conservar su color verde intenso, pásalas inmediatamente por agua fría y escúrrelas bien, presionando con las manos para eliminar el exceso de agua.
- Freír el pan y los ajos: En una cazuela de barro, calienta un poco de aceite de oliva y añade 6 dientes de ajo pelados y enteros junto con varias rodajas de pan. Fríe hasta que el pan y los ajos estén dorados y crujientes.
- Preparar el majao: Agrega un chorrito de vinagre y la cucharada de pimentón al pan y ajo dorados. Tritura esta mezcla en un mortero y añade una cucharada de comino molido y sal gruesa al gusto. Esta pasta es el tradicional 'majao' que dará sabor a las espinacas.
- Dorar los ajos restantes: En la misma cazuela, añade el aceite restante y fríe los 2 dientes de ajo restantes, previamente machacados, hasta que comiencen a dorarse, para intensificar el sabor del aceite.
- Mezclar las espinacas con el aceite: Incorpora las espinacas escurridas en la cazuela y remueve cuidadosamente para que se impregnen bien con el aceite aromatizado.
- Añadir el majao: Agrega el majao y mezcla a fondo con las espinacas hasta que quede completamente integrado.
- Triturar las espinacas: Coloca la mezcla en la batidora y tritura hasta obtener la textura deseada, ya sea más fina o con algo de cuerpo según tu preferencia.
- Emplatar y decorar: Sirve las espinacas labradas en un plato hondo o cazuela. Decora con rebanadas de pan frito, tostadas o picatostes crujientes.