Rosquillas de palo

En esta receta elaboramos las clásicas rosquillas de palo, típicas de la región de Castilla y León. Estas rosquillas tradicionales, muy apreciadas en Palencia y Valladolid, solían prepararse especialmente durante la época de Pascua, aunque hoy se pueden disfrutar en cualquier momento del año. Se caracterizan por su forma redondeada en “O” y un diámetro aproximado de 12 centímetros, así como por su superficie brillante y dorada, conseguida gracias al baño de huevo que reciben antes de hornear.
Estas rosquillas castellanas destacan por su textura firme y compacta, que hace que se adhieran ligeramente a los dientes, ofreciendo un sabor equilibrado y marcado por el anís sin ser excesivamente dulce. Son ideales para quienes quieren conocer la repostería tradicional y también al comprar estos dulces típicos. Además, su información nutricional permite controlar las calorías consumidas, combinando tradición y disfrute en cada bocado.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 20 minutos
- Tiempo de cocinado: 25 minutos
- Tiempo total: 45 minutos
- Raciones: 20 unidades
- Categoría: Repostería
- Tipo de cocina: Leonesa
- Calorías por ración (kcal): 180 kcal
Ingredientes
- 10 huevos
- 300 g de azúcar
- 1200 g de harina de trigo
- 160 ml de aguardiente
- 130 g de manteca de cerdo
- 25 gotas de esencia de anís
Como hacer rosquillas de palo
- Preparación de huevos y mezcla inicial: Separamos las yemas de 5 huevos y reservamos las claras para otras recetas. En un bol grande, mezclamos las 5 claras reservadas, los 5 huevos enteros y el azúcar. Batimos a velocidad baja hasta que el azúcar se disuelva por completo y la mezcla adquiera una textura homogénea.
- Incorporación de ingredientes líquidos y sólidos: Añadimos la mitad de la harina y mezclamos durante un minuto. Incorporamos la manteca de cerdo ablandada, el aguardiente y la esencia de anís, mezclando bien hasta que los ingredientes se integren de forma uniforme.
- Amasado de la masa: Gradualmente, vamos incorporando el resto de la harina mientras amasamos hasta lograr una masa firme y uniforme, que no se adhiera a los dedos. Cubrimos la masa con film plástico y dejamos reposar al menos una hora para que el gluten se relaje.
- Refinado de la masa: Transcurrido el reposo, extendemos la masa con un rodillo hasta obtener el grosor deseado. Doblarla en tres partes, girar un cuarto de vuelta y volver a doblar en tres partes, o bien enrollarla en forma de cilindro para obtener una textura más consistente.
- Formado de las rosquillas: Tomamos porciones de 60 gramos de masa y las amasamos sobre la superficie para formar cilindros largos y delgados. Unimos los extremos de cada cilindro para dar forma a la rosquilla, con un diámetro aproximado de 12 cm. Colocamos las rosquillas en una bandeja de horno forrada con papel vegetal.
- Acabado y horneado: Pincelamos cada rosquilla con una mezcla de yema de huevo diluida en un poco de agua para un acabado brillante. Horneamos a 200 °C, calor arriba y abajo, durante 25 minutos. Una vez doradas, retiramos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla antes de servir.