Rosca de nuégados manchegos

En esta receta preparamos un postre tradicional muy antiguo llamado Rosca de Nuégados Manchegos, elaborado con pequeños trocitos de nuegados de harina finos y delicados, que se fríen hasta adquirir un tono dorado y se bañan en un delicioso caramelo de miel. Este dulce destaca por su forma circular, que se asemeja a un rosco, y por su sabor único, resultado de la combinación de la masa esponjosa y el toque dulce de la miel. La preparación es un ejemplo perfecto de la riqueza gastronómica de La Mancha y conserva técnicas ancestrales que se transmiten de generación en generación.
Conocida también como Rosca Utrera o Roscutrera, esta receta tiene un origen muy arraigado en pueblos como Daimiel y otras localidades manchegas, donde se suele elaborar especialmente durante celebraciones como el Día de Todos los Santos, la Semana Santa o el Carnaval. Los nuégados de harina caramelizados forman parte de la tradición local y su preparación es una forma de mantener viva la historia culinaria de la región, ofreciendo un postre auténtico y delicioso que combina sabor, textura y tradición en cada bocado.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 30 minutos
- Tiempo de cocinado: 40 minutos
- Tiempo total: 1 hora 10 minutos
- Raciones: 4-6 porciones
- Categoría: Repostería
- Tipo de cocina: Manchega
- Calorías por ración (kcal): 350 kcal
Ingredientes
- 400 g de harina de trigo
- 3 huevos grandes
- 2 cucharadas soperas de vino blanco
- 1 cucharada sopera de azúcar
- 4 cucharadas soperas de aceite de oliva
- Ralladura de un limón
- 250 g de miel pura
- Aceite de oliva para freír
Como hacer rosca de nuégados manchegos
- Tostar el aceite con limón: Calienta el aceite en una sartén a fuego medio junto con la cáscara de medio limón. Cocina durante unos minutos hasta que la cáscara se dore ligeramente. Retira del fuego y deja que el aceite se enfríe completamente antes de usarlo.
- Preparar la masa básica: En un recipiente amplio, bate los huevos y añade el vino blanco, el aceite tostado ya frío, la ralladura de limón y el azúcar. Mezcla bien hasta integrar todos los líquidos.
- Incorporar la harina: Agrega la mitad de la harina y mezcla hasta conseguir una masa homogénea. Añade el resto de la harina poco a poco, amasando hasta que la masa quede esponjosa y no se pegue a las manos.
- Reposo de la masa: Coloca la masa dentro de una bolsa o envuelta en film transparente y deja reposar 15 minutos. Esto permitirá que adquiera elasticidad, facilitando el estirado y el corte posterior.
- Estirar y cortar las tiras de masa: Con un rodillo, extiende la masa hasta obtener un grosor aproximado de un centímetro. Corta tiras de igual grosor con un cuchillo y colócalas sobre un paño, separadas entre sí.
- Secado de las tiras: Deja que las tiras se sequen al aire durante 15 minutos por cada lado, sumando un total de 30 minutos, para que la fritura posterior sea más uniforme.
- Cortar en pequeños fragmentos: Corta cada tira en fragmentos de aproximadamente un centímetro, obteniendo bolitas del tamaño de un garbanzo, listas para freír.
- Freír los nuégados: Calienta abundante aceite de oliva en una sartén hasta que esté a punto de humear. Fríe las bolitas en lotes de 25-30 hasta que adquieran un color dorado uniforme. Retíralas y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
- Preparar el caramelo de miel: Calienta la miel en una cacerola a fuego medio durante 5 minutos hasta que espese ligeramente. Comprueba su punto vertiendo una gota en un vaso de agua: si se solidifica, está lista.
- Bañar los nuégados en miel: Introduce las bolitas de masa en la miel y mezcla cuidadosamente para que queden completamente cubiertas.
- Formar la rosca: Con las manos humedecidas en agua fría para evitar quemaduras, moldea las bolitas caramelizadas formando una rosca tradicional.
- Enfriar y servir: Deja que la rosca se enfríe completamente hasta adquirir firmeza. Una vez fría, estará lista para disfrutar como postre tradicional manchego.