Rosca de nuégados manchegos

Rosca de nuégados manchegos
Receta de rosca de nuégados manchegos

En esta receta elaboramos un dulce muy antiguo llamado rosca de nuégados manchegos, que se compone de pequeños trocitos de masa delgada cubiertas con un delicioso caramelo de miel y con forma de rosco.

Conocido también como rosca Utrera o roscutrera esta preparación es tradicional en varios pueblos de La Mancha, especialmente durante el Día de Todos Los Santos, la Semana Santa o el Carnaval.

Ingredientes

  • 400 gr de harina
  • 3 huevos
  • 2 cucharadas soperas de vino blanco
  • 1 cucharada sopera de azúcar
  • 4 cucharadas soperas de aceite
  • Ralladura de un limón
  • 250 gr de miel
  • Aceite para freír

Como hacer rosca de nuégados manchegos

  1. Comenzamos tostando el aceite, para ello, colocamos el aceite en una sartén sobre el fuego junto con la cáscara de medio limón. Cocinamos durante unos minutos hasta que la cáscara de limón se haya dorado ligeramente. Permitimos que se enfríe.
  2. En un recipiente, combinamos los elementos siguiendo este orden: los huevos batidos, el vino, el aceite previamente calentado y enfriado, la ralladura de limón, el azúcar y la mitad de la cantidad total de harina.
  3. Amasamos gradualmente, incorporando el resto de la harina según sea necesario, hasta que la masa alcance una consistencia esponjosa y no se adhiera a las manos.
  4. Colocamos la masa dentro de una bolsa y la dejamos reposar durante 15 minutos para que adquiera la elasticidad adecuada y sea más fácil estirarla.
  5. Usando un rodillo, extendemos la masa hasta que tenga un espesor de aproximadamente un centímetro. Luego, con un cuchillo, cortamos tiras de igual grosor.
  6. Disponemos las tiras sobre un paño, asegurándonos de que estén separadas entre sí, y permitimos que se sequen al aire durante unos 15 minutos de cada lado, lo que suma un tiempo total de 30 minutos.
  7. Cortamos las tiras en pequeños fragmentos de aproximadamente un centímetro de longitud, logrando un tamaño similar al de un garbanzo.
  8. Añadimos una generosa cantidad de aceite en una sartén y lo calentamos hasta que esté a punto de humear.
  9. Freímos los pequeños pedazos de masa en lotes de aproximadamente 25 o 30, hasta que adquieran un color dorado. Los retiramos de la sartén y los colocamos sobre una bandeja cubierta con papel de cocina para absorber el exceso de aceite.
  10. Calentamos la miel en una cacerola a fuego medio durante unos 5 minutos, hasta que se forme un caramelo con una consistencia semi espesa.
  11. Para verificar la consistencia adecuada de la miel, tomamos una pequeña porción con una cuchara y la dejamos caer en forma de gotas sobre un vaso de agua. Si la miel se solidifica al entrar en contacto con el agua, significa que ha alcanzado el punto deseado.
  12. Sumergimos las bolitas de masa en la miel y las mezclamos cuidadosamente para asegurar que queden completamente cubiertas con el caramelo de miel.
  13. Transferimos la mezcla a un plato y, utilizando nuestras manos humedecidas en agua fría para evitar quemaduras, moldeamos la masa en forma de rosca.
  14. Permitimos que la preparación se enfríe completamente, de manera que adquiera firmeza, y estará listo para disfrutar.