Patatas Romanoff

Patatas Romanoff
Receta de patatas Romanoff

Las patatas Romanoff son una receta clásica de origen estadounidense que combina sencillez y sabor en cada bocado. Su textura cremosa y ligera, junto con el contraste de la capa superior dorada y crujiente, las convierte en una opción ideal para servir como guarnición en ocasiones especiales o para disfrutar como plato único. La base de la preparación se consigue con patatas previamente horneadas y ralladas, mezcladas con crema agria, cebolla y especias, lo que da como resultado un acompañamiento sabroso y con personalidad. Además, gracias al horneado final, adquieren ese toque irresistible de patatas gratinadas que realza todavía más su presentación y sabor.

Una de las ventajas de esta receta es su versatilidad, ya que permite incorporar variaciones sin perder su esencia. Puedes elegir entre diferentes tipos de queso, sustituir la chalota por cebolla dulce o añadir un punto picante con cayena al gusto. También resulta una excelente opción para quienes buscan un plato fácil de preparar con antelación, pues las patatas deben reposar toda la noche antes de ser ralladas. Servidas calientes directamente del horno, las patatas Romanoff se convierten en el complemento perfecto para carnes asadas, aves o pescados, ofreciendo un resultado elegante y reconfortante que conquista a todos.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 20 minutos (más 12 h de reposo)
  • Tiempo de cocinado: 1 hora 50 minutos
  • Tiempo total: 2 horas 10 minutos (más reposo)
  • Raciones: 6 porciones
  • Categoría: Guarnición
  • Tipo de cocina: Americana
  • Calorías por ración (kcal): 340 kcal

Ingredientes

  • 3 patatas grandes
  • 1 chalota o cebolla pequeña
  • 300 g de queso cheddar
  • 300 ml de crema agria
  • 5 g de mantequilla
  • 2 cucharaditas de sal
  • 1 pizca de pimienta de cayena
  • 1/2 cucharadita de pimienta blanca

Como hacer patatas Romanoff

  1. Preparar las patatas: Lava bien las patatas bajo el grifo para quitar cualquier resto de tierra, sécalas con un paño y hazles pequeños agujeros con la punta de un cuchillo para que se cocinen de manera uniforme en el horno.
  2. Hornear las patatas: Envuélvelas individualmente en papel de aluminio y colócalas en el horno precalentado a 200 grados. Cocínalas durante aproximadamente 1 hora y 15 minutos, o hasta que estén tiernas y puedas perforarlas fácilmente con un cuchillo sin resistencia.
  3. Dejar enfriar y reposar: Saca las patatas del horno, retira el papel de aluminio y deja que pierdan un poco de calor. Después, colócalas en un recipiente, cúbrelas con film transparente y guárdalas en la nevera durante toda la noche para que adquieran la textura adecuada.
  4. Rallar las patatas: Al día siguiente, ralla las patatas con un rallador grueso, incluyendo la piel, y ponlas en un bol grande. Este paso aporta la textura característica de las patatas Romanoff.
  5. Añadir la cebolla y especias: Pica finamente la chalota o la cebolla pequeña y mézclala con las patatas ralladas. Sazona con sal, pimienta blanca y una pizca de cayena, removiendo con un tenedor para que los ingredientes se integren sin aplastar demasiado la mezcla.
  6. Incorporar el queso y la crema agria: Agrega el queso cheddar rallado al bol y mezcla suavemente. Luego incorpora la crema agria, removiendo con cuidado para conseguir una preparación cremosa pero con aire, evitando compactar la masa.
  7. Preparar la fuente para horno: Unta una fuente con la mantequilla para evitar que la mezcla se pegue. Vierte las patatas con el resto de ingredientes, distribuye la preparación de forma uniforme y sin presionar demasiado para mantener la esponjosidad.
  8. Hornear hasta dorar: Introduce la fuente en el horno precalentado a 220 grados y cocina entre 30 y 35 minutos, o hasta que la parte superior esté bien dorada y ligeramente crujiente. Sírvelas calientes como guarnición o plato principal.