Arroz aguado

Arroz Aguado Nicaragüense
Receta de Arroz Aguado Nicaragüense

El arroz aguado es uno de los platillos más tradicionales de Nicaragua y un verdadero símbolo de la cocina casera nicaragüense. Su nombre significa literalmente “arroz con agua” y describe su textura caldosa, parecida a una sopa espesa o un risotto criollo. Esta receta es versátil y se puede preparar con pollo, de cerdo o incluso con carne de res, según lo que tengas en casa. Es una comida sencilla, reconfortante y llena de sabor, ideal para un almuerzo familiar o para consentir a alguien que necesite un plato caliente y nutritivo.

El arroz aguado nicaragüense combina arroz, tomate, hierbabuena y jugo cítrico, logrando un sabor fresco y aromático. Puede servirse más caldoso o más espeso según tu preferencia, y se suele acompañar con tortillas y banano hervido. Es perfecto para preparar con anticipación, pues su sabor mejora al reposar. Aquí te mostramos paso a paso cómo lograr el arroz aguado perfecto en casa.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 15 minutos
  • Tiempo de cocinado: 40 minutos
  • Tiempo total: 55 minutos
  • Raciones: 4–6 porciones
  • Categoría: Plato principal
  • Tipo de cocina: Nicaragüense
  • Calorías por ración: 350 kcal

Ingredientes

  • 1 pollo entero (o 6–8 piezas de pierna y muslo, con hueso y piel)
  • 8 tazas de agua (aprox., agregar más si se seca)
  • 2 tazas de arroz de grano largo
  • 4 tomates maduros
  • 1 cebolla mediana
  • 1/2 pimentón verde (o rojo)
  • 4 dientes de ajo
  • 1 manojo de hierbabuena o menta fresca
  • Jugo de 2–3 naranjas agrias (o mezcla de naranja y limón)
  • Jugo de 1 limón adicional
  • 1 cda. achiote
  • 2 cdas. de aceite
  • Sal al gusto

Como hacer Arroz Aguado

  1. Preparar los ingredientes: Lava y escurre bien el arroz. Pela los tomates y rállalos o licúalos para obtener una pulpa fina. Pica la cebolla y el pimentón en cubos pequeños, reservando tres cucharadas de cebolla aparte para sofreír al final. Pela los dientes de ajo y pícalos finamente. Disuelve el achiote en dos cucharadas de agua o aceite para obtener un colorante líquido. Lava el manojo de hierbabuena y déjalo entero, ya que se retirará al final si prefieres un sabor más suave.
  2. Preparar el caldo base: Coloca el pollo en una olla grande junto con las ocho tazas de agua y lleva a fuego medio-alto. Retira la espuma y grasa que suban a la superficie para mantener un caldo limpio. Agrega la cebolla picada (menos la reservada), el pimentón, el ajo y la sal. Cocina tapado hasta que el pollo esté bien tierno, unos 25 a 30 minutos. Retira el pollo, desmenúzalo o déjalo en piezas grandes según prefieras y resérvelo.
  3. Tostar el arroz: Coloca el arroz escurrido en una sartén seca o con un poco de aceite y tuéstalo a fuego medio-bajo hasta que desprenda un aroma a nuez y se torne de un tono ligeramente más opaco. Este paso mejora el sabor y ayuda a que el arroz conserve su forma en el caldo.
  4. Cocinar el arroz aguado: Regresa el pollo al caldo y añade el arroz tostado, la pulpa de tomate y el achiote disuelto. Cocina a fuego medio, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue. Agrega el manojo entero de hierbabuena, que perfumará el caldo durante la cocción. Si el nivel de líquido baja demasiado, agrega un poco más de agua para mantener la textura caldosa, característica de este plato.
  5. Ajustar sabores: Cuando el arroz esté casi reventado y el caldo tenga cuerpo, lo que tomará unos 20 minutos, agrega el jugo de naranja agria y prueba el punto de sal. Deja hervir unos minutos más para que los sabores se integren.
  6. Sofreír la cebolla final: En una sartén pequeña, sofríe la cebolla reservada en las dos cucharadas de aceite hasta que esté translúcida y suave, sin que se dore. Incorpórala al arroz aguado para darle un sabor y aroma extra.
  7. Toque final y servido: Exprime el jugo de limón adicional y mézclalo justo antes de servir. Si el sabor de la hierbabuena está muy fuerte, retira los tallos antes de llevar a la mesa. Sirve en platos hondos, bien caldoso, acompañado de tortillas nicaragüenses o banano hervido. La textura debe ser intermedia: cremosa y abundante, ni seca como un arroz común ni líquida como una sopa.