Fritada aragonesa
La fritada aragonesa es un clásico de la cocina tradicional aragonesa que transforma ingredientes sencillos en un plato lleno de sabor y aroma. A diferencia del pisto manchego, esta receta se centra en las verduras frescas de temporada, como calabacín, pimientos y cebolla, y siempre incluye patata como protagonista. Cada hortaliza se cocina por separado hasta caramelizarse, concentrando sus sabores y consiguiendo una textura única. Aunque su preparación requiere tiempo, el resultado merece la pena, y es ideal para disfrutar en grandes cantidades. Opcionalmente, se le puede añadir huevo, trocitos de jamón, bacalao, atun o incluso berenjena para enriquecer el plato y adaptarlo a los gustos de cada casa.
La fritada aragonesa es perfecta como plato principal, acompañada de pan para aprovechar hasta la última gota de su sabor. Su versatilidad permite incorporarla a recetas con tomate o combinarla con otros ingredientes tradicionales de la región. Esta receta refleja la esencia de la cocina tradicional aragonesa y convierte unas simples verduras en una experiencia gastronómica inolvidable.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 20 minutos
- Tiempo de cocinado: 40 minutos
- Tiempo total: 60 minutos
- Raciones: 6 personas
- Categoría: Plato principal
- Tipo de cocina: Cocina tradicional aragonesa
- Calorías por ración: 250 kcal
Ingredientes
- 8 patatas medianas
- 1 pimiento rojo grande
- 4 pimientos verdes italianos
- 2 calabacines grandes
- 1 cebolla grande
- 2-3 cucharadas de tomate frito casero (opcional)
- Sal al gusto
- Pimienta negra recién molida al gusto
- Aceite de oliva virgen extra
Como hacer
- Preparar y freír las patatas: Pela las patatas y córtalas en rodajas finas o medias lunas, similares a las de una tortilla de patatas. Calienta abundante aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio-bajo. Fríe las patatas hasta que estén tiernas y ligeramente doradas. Una vez cocidas, escúrrelas bien para eliminar el exceso de aceite y resérvalas en una fuente amplia donde irás mezclando todas las verduras.
- Cocinar el calabacín: Lava y corta los calabacines en dados medianos. En la misma sartén, añade un poco más de aceite si fuera necesario y fríe los calabacines hasta que estén dorados y tiernos. Escúrrelos cuidadosamente y añádelos a la fuente con las patatas, manteniendo cada verdura separada hasta este momento para conservar sus texturas y sabores.
- Saltear cebolla y pimientos: Pela y corta la cebolla en juliana fina. Lava y corta los pimientos rojo y verde en dados o tiras pequeñas. Fríe primero la cebolla, removiendo ocasionalmente para que no se queme, y después añade los pimientos. Cocina hasta que estén tiernos y ligeramente caramelizados. Escúrrelos y agrégalos a la fuente con las patatas y el calabacín.
- Mezclar y añadir tomate frito (opciona): Si deseas un toque más jugoso y aromático, incorpora 2-3 cucharadas de tomate frito casero. Mezcla suavemente todas las verduras para que los sabores se integren sin romper demasiado la textura de cada una. Mantén el fuego bajo unos minutos para que la mezcla se caliente uniformemente y se amalgamen los aromas.
- Rectificar y servir: Salpimenta al gusto y comprueba la textura final de las verduras. La fritada debe quedar jugosa pero no aceitosa. Sirve caliente como plato principal o acompañamiento. Para un toque aún más tradicional, puedes añadir un huevo frito, jamón serrano o chorizo a la plancha al momento de servir.