Leche poleada

La leche poleada es uno de los postres más tradicionales y queridos de El Salvador. Esta deliciosa crema espesa, de textura aterciopelada y sabor delicado, se prepara con ingredientes sencillos como leche, azúcar, maicena, canela y yemas de huevo, logrando un equilibrio perfecto entre suavidad y dulzura. Su nombre proviene del verbo “polear”, que significa batir o revolver constantemente, paso esencial para obtener una mezcla sin grumos y de consistencia perfecta. Su aroma a canela y vainilla la convierte en un postre irresistible para disfrutar en cualquier ocasión, desde una merienda en familia hasta celebraciones especiales.
La poleada salvadoreña es más que un simple postre, es un símbolo de tradición y unión familiar. Puede servirse caliente para disfrutar su cremosidad o fría para obtener una textura más firme, espolvoreada con canela y acompañada de pan dulce o galletas. Su preparación sencilla y su sabor casero hacen de la leche poleada un clásico que trasciende generaciones y sigue siendo parte esencial de la gastronomía de El Salvador.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 10 minutos
- Tiempo de cocinado: 15 minutos
- Tiempo total: 25 minutos
- Raciones: 6
- Categoría: Postres
- Tipo de cocina: Salvadoreña
- Calorías por ración: 250 kcal
Ingredientes
- 6 tazas (1.5 L) de leche entera
- ¾ taza (150 g) de azúcar (ajustar al gusto)
- ½ taza (65 g) de maicena (fécula de maíz)
- 4 yemas de huevo grandes
- 1 raja de canela
- 1 pizca de sal
- 2 cucharadas de extracto de vainilla (o 1 vaina de vainilla natural)
- Canela en polvo para decorar
- Pasas, galleta María triturada o pan dulce para acompañar (opcional)
Cómo hacer leche poleada
- Infusionar la leche: Comienza calentando en una olla grande 5½ tazas de leche junto con la raja de canela y la pizca de sal. Cocina a fuego medio hasta que empiece a soltar vapor, pero sin dejar que hierva, luego apaga el fuego, tapa y deja reposar durante 5 minutos para que la canela libere su aroma.
- Preparar la mezcla de yemas y maicena: Bate en un tazón grande las yemas de huevo con el azúcar hasta que la mezcla se aclare y esté ligeramente espumosa. En otro recipiente disuelve la maicena en la ½ taza de leche fría restante, removiendo bien hasta que no queden grumos, y agrégala a las yemas batiendo hasta integrar por completo.
- Templar las yemas: Retira la raja de canela de la leche caliente y añade poco a poco 1 taza de esta leche a la mezcla de yemas en un hilo delgado, batiendo sin parar para templar las yemas y evitar que se cuajen. Luego vierte esta mezcla templada de nuevo en la olla con el resto de la leche.
- Cocinar hasta espesar: Cocina a fuego medio-bajo, revolviendo de forma constante con una espátula o batidor de globo, asegurándote de raspar el fondo y los bordes de la olla para que no se pegue. Cocina durante 5 a 8 minutos hasta que la mezcla espese y tenga la consistencia de una natilla suave, lo suficiente para cubrir el dorso de una cuchara. Si aparecen grumos, puedes colarla antes de continuar.
- Aromatizar y reposar: Retira del fuego y agrega la vainilla, mezclando bien. Pasa la leche poleada a una fuente grande o a copas individuales y cúbrelas con plástico adherente en contacto con la superficie para evitar que se forme nata.
- Servir: Puedes servir la leche poleada caliente para disfrutar de su textura cremosa o dejarla enfriar a temperatura ambiente y luego refrigerarla por 2 o 3 horas para que adquiera una consistencia más firme. Al momento de servir, espolvorea canela en polvo al gusto y, si lo deseas, agrega pasas o acompaña con galletas María o pan dulce.