Butifarras colombianas

Butifarras Colombianas
Receta de Butifarras Colombianas

Las butifarras colombianas son un delicioso embutido tradicional que forma parte de la gastronomía de la costa Caribe de Colombia. Entre las más famosas destaca la butifarra costeña, también conocida como butifarra soldeña, originaria del municipio de Soledad, junto a la ciudad de Barranquilla. Este embutido se caracteriza por su presentación en forma de pequeñas bolitas de carne unidas como un collar de perlas, lo que lo hace ideal para vender al porciones y disfrutar en cualquier ocasión. Su historia y origen están profundamente ligados a los piqueteaderos y puestos callejeros de la región, donde se ha mantenido como un favorito durante generaciones.

Las butifarras soldeñas son muy populares como aperitivo o comida para fiestas, gracias a su sabor jugoso y su versatilidad. Tradicionalmente se elaboran con carne de cerdo, aunque algunas versiones combinan cerdo y res, y se sazonan con especias clásicas que realzan su aroma. Aprender a preparar esta butifarra costeña en casa permite conservar su esencia auténtica y disfrutar de un pedazo de la historia culinaria de la región de Barranquilla directamente en tu mesa.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 30 minutos
  • Tiempo de cocinado: 1 hora
  • Tiempo total: 1 hora 30 minutos
  • Raciones: 4 porciones
  • Categoría: Embutido
  • Tipo de cocina: Colombiana
  • Calorías por ración: 350 kcal

Ingredientes

  • 700 g de carne de cerdo magra
  • 300 g de tocino o grasa de cerdo
  • 4 dientes de ajo
  • 1 cebolla pequeña (opcional)
  • 15 g de sal (aprox. 2½ cucharaditas)
  • 2 g de pimienta negra (aprox. 1 cucharadita)
  • ½ cucharadita de comino molido
  • 1 cucharadita de pimentón dulce (opcional)
  • Tripas de cerdo
  • Hilo de cocina para atar
  • Limón para acompañar

Como hacer Butifarras colombianas

  1. Preparación de la carne: Primero, pica finamente la carne de cerdo magra y el tocino. Para obtener una textura uniforme y pegajosa, es recomendable procesarlas en un molinillo o procesador de alimentos, evitando que queden trozos grandes. Mantener la carne fría ayuda a que la grasa no se derrita y la mezcla conserve firmeza, lo que permitirá que las butifarras mantengan su forma durante la cocción.
  2. Mezcla y sazonado: En un recipiente grande, mezcla la carne y el tocino con el ajo triturado y, si decides usarla, la cebolla picada finamente. Añade la sal, la pimienta negra, el comino molido y, si deseas, el pimentón dulce. Amasa con las manos limpias hasta obtener una pasta homogénea y ligeramente pegajosa. Este paso es clave para lograr una butifarra jugosa y consistente, y es importante integrar bien los ingredientes sin excederse en la manipulación para que no pierda textura.
  3. Embutido de las butifarras: Lava las tripas de cerdo y remójalas en agua con limón para eliminar olores. Con la ayuda de un embudo para embutidos o una botella plástica cortada, rellena las tripas con la mezcla, dejando un poco de holgura porque se contraerán al cocinar. Forma bolas de aproximadamente 5 cm de largo y ata con hilo de cocina entre cada una. No rellenes demasiado para evitar que se rompan durante la cocción. Si no tienes tripas, puedes usar plástico alimenticio resistente, formando tiras selladas y separadas cada 3–5 cm.
  4. Cocción de las butifarras: Coloca las butifarras en una olla con suficiente agua para cubrirlas y cocina a fuego medio durante aproximadamente 1 hora, evitando que el agua hierva con fuerza. A mitad de la cocción, pincha suavemente cada butifarra con un palillo para liberar aire y grasa acumulada, evitando que revienten al final. Ten en cuenta que los tamaños de las bolas pueden afectar el tiempo de cocción; las más grandes necesitarán unos minutos extras.
  5. Enfriado y presentación: Retira las butifarras del agua y deja enfriar a temperatura ambiente. Colócalas sobre una rejilla para que pierdan exceso de humedad y mantengan su forma. Sirve acompañadas de rodajas de limón, pan fresco, arepas, yuca o mazorca según tu preferencia. Para conservarlas por más tiempo, se pueden refrigerar o congelar, ya sea antes o después de cocidas, manteniendo así su sabor y textura tradicional.