Salsa de ajo venezolana

Salsa de Ajo Venezolana
Receta de Salsa de Ajo Venezolana

La Salsa de ajo venezolana es un clásico imprescindible de la gastronomía de Venezuela, conocida por su sabor intenso y su versatilidad. Preparada tradicionalmente a base de mayonesa, ajo fresco y hierbas como cilantro o perejil, esta salsa es perfecta para acompañar empanadas, arepas, carnes a la parrilla, tequeños o incluso vegetales. Su textura cremosa y el equilibrio entre el ajo y la acidez del limón hacen que cada bocado sea una explosión de sabor. Puedes usar mayonesa casera para un resultado más auténtico y fresco, o incluso probar versiones más ligeras con yogur griego o mayonesa sin huevo, manteniendo la esencia de la receta tradicional.

Prepararla es rápido y sencillo, y al dejarla reposar, los sabores se intensifican, ofreciendo un aroma y sabor inigualables. Controlando la cantidad de ajo, puedes lograr desde un sabor suave hasta uno más potente, adaptado a tu gusto. Esta receta clásica garantiza una Salsa de ajo venezolana cremosa, llena de color gracias al cilantro y con pequeños toques verdes de perejil, lista para transformar cualquier plato en una experiencia culinaria memorable.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 5 minutos
  • Tiempo de cocinado: 0 minutos
  • Tiempo total: 5 minutos
  • Raciones: 4-6
  • Categoría: Salsas
  • Tipo de cocina: Venezolana
  • Calorías por ración: 90 kcal

Ingredientes

  • 4 dientes de ajo frescos (puedes usar 3 si prefieres un sabor más suave)
  • 250–300 g de mayonesa (casera o comercial)
  • 1 ramito pequeño de cilantro fresco (o perejil, si no tienes cilantro)
  • 1/2 limón (su jugo)
  • 2 cucharadas de aceite vegetal o de oliva
  • 1/2 cucharadita de azúcar (opcional, para balancear la acidez)
  • Sal al gusto
  • Pimienta negra recién molida al gusto
  • 50 ml de leche o agua fría (opcional, para aligerar la consistencia)

Como hacer Salsa de ajo venezolana

  1. Preparar los ajos: Pela los dientes de ajo y retira el germen central para que la salsa sea más suave y digestiva. Corta los ajos en trozos pequeños para que se mezclen fácilmente en la licuadora. Si quieres un sabor más intenso, puedes dejar los ajos un poco más grandes y añadirlos gradualmente al momento de licuar, probando hasta alcanzar el nivel deseado de sabor.
  2. Procesar la base cremosa: Coloca la mayonesa en el vaso de la licuadora y añade los ajos. Licúa a potencia media hasta integrar completamente. Verás que la mezcla se vuelve más cremosa y homogénea. Si deseas un sabor más potente a ajo, añade los dientes restantes poco a poco y vuelve a licuar. Esta técnica permite controlar la intensidad sin que la salsa resulte demasiado fuerte de una vez.
  3. Incorporar las hierbas: Lava y seca bien el cilantro o el perejil, retirando los tallos gruesos. Añade únicamente las hojas al vaso de la licuadora y da un golpe corto para que se piquen finamente y la salsa adquiera un ligero color verde. No es necesario triturar demasiado; es ideal que queden pequeños trocitos visibles, pues esto le da un toque fresco y auténtico. Si no tienes cilantro, el perejil funcionará perfectamente, cambiando ligeramente el sabor pero manteniendo la tradición.
  4. Ajustar líquidos y condimentos: Añade el jugo de medio limón, el aceite y la leche o agua fría poco a poco hasta obtener la textura deseada. Incorpora también la sal, la pimienta y la cucharadita de azúcar si quieres balancear la acidez. Mezcla bien y prueba. Recuerda que la leche o el agua ayudan a suavizar la salsa, especialmente si planeas usarla como dip o acompañante de empanadas y tequeños. Ajusta el limón o la sal según tu gusto.
  5. Reposo y toque final: Deja reposar la salsa en la nevera al menos 1 hora para que los sabores se integren completamente. Esto realza el aroma del ajo y de las hierbas, logrando un sabor más profundo y uniforme. Antes de servir, prueba y rectifica si es necesario agregando un poco más de sal, limón o pimienta. La salsa se conserva hasta 5–7 días en un frasco hermético en la nevera y puede utilizarse en empanadas, arepas, carnes, papas fritas o mariscos. Para una versión más ligera, parte de la mayonesa puede reemplazarse por yogur natural, y si quieres un toque picante, una pizca de ají o salsa picante le dará un carácter más audaz.