Chiviricos

Chiviricos cubanos crujientes y caseros
Receta de Chiviricos cubanos caseros

Los chirivicos cubanos son un bocado tradicional que ha ido quedando casi en el olvido, pero que sigue siendo un favorito en muchas casas de Cuba. Estas hojaldras cubanas crujientes destacan por su textura ligera y su delicioso sabor, perfectas para disfrutar como merienda o acompañar un café. Prepararlas en casa permite que sean totalmente caseros, controlando cada ingrediente de la masa y el dulzor final. Su preparación es sencilla y, aunque cada región de la isla les dé nombres distintos, la esencia de este dulce se mantiene: finas, doradas y ligeramente azucaradas, listas para deleitar a toda la familia.

Hacer chirivicos cubanos caseros es revivir una tradición que todavía se escucha en las calles de algunas ciudades, especialmente en la región occidental de Cuba, donde los pregoneros anuncian su venta. Con esta receta podrás preparar estas crujientes hojaldras cubanas, disfrutar de su masa ligera y dorada, y conservar la auténtica tradición de este dulce típico que merece seguir presente en cada hogar cubano.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 20 minutos
  • Tiempo de cocinado: 10 minutos
  • Tiempo total: 30 minutos
  • Raciones: 20 unidades
  • Categoría: Postre
  • Tipo de cocina: Cubana
  • Calorías por ración: 150 kcal

Ingredientes

  • 250 g (2 vasos) de harina de trigo todo uso
  • 1 huevo a temperatura ambiente
  • 4 cucharadas de aceite de sabor suave o extra virgen
  • 2 cucharadas de vino blanco seco o licor de anís
  • 1 cucharadita de sal
  • 1 cucharada de azúcar
  • Agua (aproximadamente 3 cucharadas, ajustar según necesidad)
  • Aceite abundante para freír
  • Azúcar adicional para espolvorear

Como hacer chirivicos

  1. Preparar la masa: En un bol grande, colocar la harina y hacer un hueco en el centro, donde se añadirán el huevo, el aceite, el vino o anís, la sal y el azúcar. Mezclar cuidadosamente con la punta de los dedos en movimientos circulares hasta integrar todos los ingredientes. Luego, ir agregando el agua poco a poco hasta lograr una masa homogénea que se despegue de los dedos. La cantidad de agua puede variar según la humedad de la harina, por lo que se recomienda añadirla de cucharada en cucharada hasta obtener la textura adecuada. Es importante no amasar demasiado, porque esto puede endurecer la masa y afectar la textura crujiente de los chiviricos.
  2. Reposar la masa: Una vez formada la masa, se debe cubrir con un paño húmedo o film transparente y dejar reposar entre 30 minutos y 1 hora a temperatura ambiente. Este reposo permite que la harina se hidrate correctamente y que la masa tenga más elasticidad, lo que facilita estirarla posteriormente sin que se rompa. Si se deja reposar menos tiempo, la masa aún funcionará, pero los chiviricos podrían quedar un poco más densos. No se recomienda refrigerarla durante el reposo, ya que esto puede endurecer la masa.
  3. Formar los chiviricos: Sobre una superficie ligeramente enharinada, dividir la masa en porciones pequeñas y estirarlas con un rodillo hasta que queden finas, aproximadamente de 2 a 3 mm de grosor. Luego, cortar la masa en la forma deseada: triángulos, cuadrados, círculos o tiras largas tradicionales. Esta flexibilidad permite crear chiviricos más decorativos o de tamaño uniforme. Si la masa se pega al rodillo, se puede espolvorear un poco de harina, pero sin excederse para que no queden duros al freírlos.
  4. Freír: Calentar abundante aceite en una sartén profunda o freidora a temperatura media-alta. Freír los chiviricos por 1 a 2 minutos por cada lado, hasta que estén dorados y crujientes. Es fundamental vigilarlos constantemente, ya que se doran muy rápido y pueden quemarse fácilmente. Una vez fritos, retirarlos con una espumadera y escurrir sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Este paso asegura que los chiviricos mantengan su textura crujiente y no queden aceitosos.
  5. Servir y disfrutar: Espolvorear azúcar sobre los chiviricos aún calientes para que se adhiera bien. También se puede mezclar el azúcar con un poco de canela en polvo para un toque aromático tradicional. Los chiviricos se disfrutan mejor recién fritos, aunque pueden conservarse en un recipiente hermético por 1 a 2 días. Si se desea un sabor más auténtico, se recomienda usar vino blanco seco o anís en la masa, y todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente para lograr la mejor integración.