Cremitas de leche

Las Cremitas de Leche son uno de los dulces más tradicionales y queridos de Cuba, especialmente originarias de la provincia de Camagüey, donde se dice que en el poblado de Cascorro se preparan las mejores del país. Este clásico bocadillo cubano, suave y cremoso, se elabora de forma artesanal desde hace generaciones con muy pocos ingredientes, destacando la leche de vaca y el azúcar como base esencial. Su preparación es sencilla y rápida, pero su sabor evoca la nostalgia de los antiguos fogones de leña donde se cocinaban lentamente, llenando el aire con su aroma dulce y tentador.
Hoy en día, las cremitas de leche caseras siguen siendo un símbolo del hogar cubano y un placer para grandes y pequeños. Existen diversas versiones según la región, e incluso algunos añaden leche condensada para lograr una textura más suave y ligera. Su secreto está en el punto exacto de cocción y en batir bien la mezcla para conseguir unas cremitas irresistiblemente tiernas y dulces.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 15 minutos
- Tiempo de cocinado: 35 minutos
- Tiempo total: 50 minutos
- Raciones: 12 porciones
- Categoría: Dulces
- Tipo de cocina: Cubana
- Calorías por ración: 150 kcal
Ingredientes
Versión Tradicional
- 4 tazas de leche de vaca entera
- 2 tazas de azúcar blanca
- 1 pizca de sal
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
Versión con leche condensada
- 1 lata de leche condensada (395 g)
- 1 taza de leche entera
- 1 taza de azúcar blanca
- 1 pizca de sal
- 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
Como hacer Cremitas de leche
- Mezclar los ingredientes: En una olla profunda y de fondo grueso, coloca la leche, el azúcar, la pizca de sal y la esencia de vainilla. Si decides usar la versión con leche condensada, agrégala también desde el inicio. Remueve todo con una cuchara o espátula de madera hasta que los ingredientes se integren por completo. Es importante que uses una olla alta, ya que durante la cocción la leche puede hervir y subir. Este primer paso asegura que el azúcar se disuelva bien y evita que se formen grumos luego.
- Cocinar a fuego medio: Lleva la olla al fuego medio y comienza a remover constantemente con movimientos suaves pero continuos. No dejes de revolver en ningún momento, ya que esta mezcla tiende a pegarse fácilmente al fondo y puede quemarse. Durante la cocción, que tomará entre 30 y 45 minutos en la versión tradicional o entre 20 y 25 minutos con leche condensada, notarás cómo la mezcla va cambiando de color, pasando de blanco a un tono beige o caramelo claro. También se volverá más espesa a medida que se reduce. Si la mezcla comienza a hervir demasiado fuerte, baja un poco la temperatura, pero nunca dejes de mover.
- Verificar el punto ideal: Sabrás que las cremitas están en su punto justo cuando, al pasar la cuchara por el fondo de la olla, puedas ver el fondo por unos segundos antes de que la mezcla vuelva a cubrirlo. Esa es la señal de que ha alcanzado la densidad correcta. La textura debe parecerse a un dulce de leche espeso o a un manjar. Es importante no pasarse del punto, porque si se seca demasiado las cremitas quedarán duras, y si se retira antes, quedarán muy blandas y no se podrán formar. Una buena referencia es que la mezcla caiga en forma de cinta gruesa desde la cuchara.
- Enfriar y batir la mezcla: Cuando la mezcla alcance el punto perfecto, retírala del fuego y continúa removiendo sin parar durante unos 8 a 10 minutos más. Este movimiento ayuda a que pierda calor gradualmente y evita que se cristalice el azúcar. En este momento puedes batir a mano o usar un batidor de mano eléctrico si deseas una textura más cremosa y aireada. El batido también contribuye a que las cremitas queden más suaves por dentro y con una superficie tersa. Notarás que, a medida que se enfría, la mezcla se vuelve más espesa y pegajosa, lo que indica que está lista para moldearse.
- Formar las cremitas: Una vez que la mezcla esté tibia pero manejable, utiliza dos cucharitas pequeñas para tomar porciones y formar las cremitas. Colócalas sobre una bandeja cubierta con papel encerado, papel manteca o aluminio ligeramente engrasado. Este método clásico evita que se peguen y les da su forma característica. Si quieres añadirles un toque personal, en este momento puedes incorporar ingredientes como maní picado, coco rallado, pasas o arándanos secos directamente a la mezcla antes de moldearlas. También puedes darles forma redonda o ligeramente aplanada, según tu preferencia.
- Enfriar correctamente: Deja reposar las cremitas a temperatura ambiente durante unos 40 a 60 minutos, o hasta que estén completamente firmes. Es fundamental no refrigerarlas, ya que el cambio brusco de temperatura hace que el azúcar se cristalice y las cremitas pierdan su textura cremosa. Si el clima es muy húmedo, procura cubrirlas con un paño limpio mientras se enfrían para evitar que absorban humedad. Al enfriarse, se endurecen lo suficiente por fuera pero conservan un corazón suave y lácteo por dentro, tal como las tradicionales cremitas cubanas hechas a la antigua.
- Servir y conservar: Una vez frías y firmes, retíralas del papel con cuidado y colócalas en un plato o envase hermético. Se conservan muy bien a temperatura ambiente durante unos cinco días, especialmente si el ambiente es fresco y seco. Si deseas una versión más ligera, puedes preparar la mezcla usando leche condensada baja en grasa o reducir ligeramente la cantidad de azúcar sin afectar demasiado el resultado. También puedes aromatizarlas con una pizca de canela o ralladura de limón para darles un toque distinto, manteniendo siempre el espíritu dulce, cremoso y artesanal de esta receta tradicional.