Dulce de lechosa o papaya

Dulce de lechosa o papaya
Receta de Dulce de lechosa o papaya

El dulce de lechosa o papaya es un postre tradicional venezolano que se disfruta especialmente en Navidad y celebraciones familiares. Preparado con papaya verde, papelón y especias, este dulce en almíbar combina textura firme y sabor dulce, ofreciendo una experiencia única en cada bocado. La fruta inmadura, al cocinarse lentamente en el almíbar, libera su pectina natural y se carameliza suavemente, creando un resultado pegajoso y brillante, similar al dulce de membrillo. Preparar este postre en casa es fácil si se siguen los pasos adecuados, incluyendo el secado previo de la fruta y el uso de técnicas tradicionales para neutralizar la sustancia lechosa que la papaya suelta al cortarla.

El dulce de lechosa casero se sirve frecuentemente acompañado de queso fresco o de mano, lo que realza su sabor y lo convierte en un postre completo y delicioso. Con la adición de bicarbonato o salmuera ligera, se logra una textura perfecta, firme pero tierna, que absorbe el almíbar y las especias de manera uniforme. Es un dulce rendidor, económico y perfecto para regalar o disfrutar en familia, representando la esencia de la dulcería tradicional venezolana.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 30 minutos
  • Tiempo de cocinado: 3 horas
  • Tiempo total: 3 horas 30 minutos
  • Raciones: 8 porciones
  • Categoría: Postre
  • Tipo de cocina: Venezolana
  • Calorías por ración: 250 kcal

Ingredientes

  • 1 lechosa (papaya) verde grande – aproximadamente 1.5 kg
  • 1 litro de agua (para cocinar)
  • 1 cucharada de bicarbonato de sodio
  • 2 tazas de azúcar (400 g)
  • 1 panela o papelón pequeño (250 g)
  • 1 astilla grande de canela
  • 10 clavos de olor
  • ½ taza de agua adicional (para el almíbar)
  • una ramita de anís estrellado o un trocito de jengibre (opcional)

Como hacer Dulce de lechosa o papaya

  1. Preparar la lechosa: Lave muy bien la lechosa verde y, con un cuchillo afilado, realice incisiones finas en la piel sin profundizar demasiado. Colóquela de pie, recostada contra algo, durante una o dos horas para que elimine el látex blanquecino o “leche”, lo cual es fundamental para que el dulce no quede amargo ni astringente. Pasado este tiempo, enjuáguela con abundante agua y, usando guantes, pélela con cuidado, ya que la savia puede irritar la piel. Este proceso inicial es clave para lograr un sabor limpio y un resultado final de textura suave pero firme.
  2. Cortar y deshidratar ligeramente: Corte la lechosa por la mitad, retire las semillas y raspe el interior para eliminar los restos fibrosos. Luego córtela en tiras o rebanadas de un centímetro de grosor procurando que todas sean uniformes para que se cocinen de manera pareja. Coloque las rebanadas sobre una bandeja y deshidrátelas en horno muy bajo (50 °C) durante una hora, abriendo la puerta cada 15 a 20 minutos para permitir que escape el vapor. También puede secarlas al sol durante dos o tres horas. Este paso, aunque opcional, ayuda a que la fruta adquiera una textura más cristalina y absorba mejor el almíbar sin deshacerse. Es uno de los secretos tradicionales para obtener ese color ámbar brillante característico del dulce de lechosa.
  3. Tratar la fruta con bicarbonato: Coloque las tiras de lechosa en una olla grande, cúbralas con agua y añada la cucharada de bicarbonato de sodio. Lleve al fuego y, una vez que hierva, deje cocinar solo durante dos minutos con la olla tapada. Este proceso reafirma la pulpa, evita que se desintegre durante la cocción con el azúcar y contribuye a mantener el color verde claro en las piezas. Luego, escurra la fruta y enjuáguela varias veces con agua fría para eliminar cualquier rastro del bicarbonato. Este paso es un truco de las abuelas que asegura que el dulce tenga una textura firme y hermosa, sin volverse blanda o quebradiza.
  4. Preparar el almíbar: En una olla grande y de fondo grueso, coloque las dos tazas de azúcar, la panela troceada, la media taza de agua, la astilla de canela y los clavos de olor. Cocine a fuego medio-bajo durante unos quince minutos hasta que el papelón y el azúcar se disuelvan completamente y se forme un almíbar uniforme y perfumado. Evite usar fuego alto, ya que podría caramelizarse el azúcar y darle al dulce un sabor amargo. Si lo desea, puede añadir una ramita de anís estrellado o un trocito de jengibre para darle un aroma más profundo. Un buen almíbar es la base del éxito del dulce: debe ser transparente, ligeramente espeso y con un aroma dulce y especiado.
  5. Cocinar el dulce: Incorpore las tiras de lechosa al almíbar caliente y mezcle suavemente para cubrirlas bien. Cocine a fuego muy bajo durante dos a tres horas, manteniendo la olla tapada parcialmente. Remueva con cuidado cada treinta minutos para asegurarse de que todas las piezas se impregnen del almíbar. A medida que el tiempo avance, las tiras se volverán traslúcidas y tomarán un tono dorado oscuro. Si nota que el almíbar se reduce demasiado, puede añadir un poco de agua caliente para mantener su fluidez. Este proceso lento es esencial: cocinar a fuego alto arruinaría el dulce, quemando el azúcar y endureciendo la fruta. La paciencia aquí es la clave, ya que el dulce de lechosa se caracteriza por su cocción pausada y su brillo cristalino.
  6. Enfriar y conservar: Una vez que la lechosa esté cocida y el almíbar haya adquirido un color oscuro y brillante, apague el fuego y retire las especias. Deje enfriar completamente antes de envasar. Coloque el dulce en frascos de vidrio esterilizados y secos, asegurándose de cubrir las tiras con suficiente almíbar. Guarde los frascos bien cerrados en la nevera, donde pueden conservarse varias semanas. Este dulce mejora con los días, ya que el almíbar sigue penetrando la fruta, intensificando su sabor. Tradicionalmente se sirve frío o a temperatura ambiente, acompañado de queso blanco fresco o queso de mano, creando el contraste perfecto entre dulce y salado que tanto caracteriza a la gastronomía venezolana.