Masa real cubana de guayaba

La masa real cubana de guayaba es uno de esos clásicos de la repostería de Cuba que evocan infancia, nostalgia y tradición. Este postre sencillo y económico se prepara con pocos ingredientes básicos como harina, huevos, mantequilla y, por supuesto, la inconfundible pasta de guayaba en el centro. Su textura es densa y compacta, muy diferente al bizcocho o panetela, lo que lo convierte en un dulce único dentro de la cocina cubana. Durante años fue conocido también como “mata hambre”, un apodo popular que hacía referencia a su consistencia pesada y a que bastaba un pedazo para saciar el apetito, especialmente en épocas de escasez.
Hoy en día, la masa real ha recuperado su lugar como uno de los grandes clásicos de la repostería casera. Prepararla en casa es muy fácil y el resultado es un pastel de sabor auténtico, perfecto para acompañar con café o compartir en familia. Este postre cubano no solo es delicioso, también representa un pedazo de historia y cultura que sigue vivo en cada bocado.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 20 minutos
- Tiempo de cocinado: 50 minutos
- Tiempo total: 1 hora 10 minutos
- Raciones: 12
- Categoría: Postre
- Tipo de cocina: Cubana
- Calorías por ración: 350 kcal
Ingredientes
- 400 g harina de trigo todo uso (3 ¼ tazas, cernida)
- 250 g mantequilla sin sal (1 taza / 2 barras, a temperatura ambiente)
- 250 g azúcar blanca (1 ¼ taza)
- 4 huevos grandes (a temperatura ambiente)
- 120 ml leche entera (½ taza)
- 1 cda extracto de vainilla
- 2 cdtas polvo de hornear
- ½ cdta sal
- 400 g pasta de guayaba (1 barra, cortada en lonjas de ½ cm)
- Azúcar glass para espolvorear (opcional)
Como hacer masa real
- Precalentar y preparar el molde: Comienza precalentando el horno a 180 °C (350 °F). Mientras tanto, engrasa un molde rectangular de 33 × 23 cm (13 × 9 pulgadas) con mantequilla y fórralo con papel de hornear. Este paso es importante porque la masa de la masa real suele ser densa y el relleno de guayaba tiende a caramelizarse, por lo que el papel facilita muchísimo el desmolde sin que se rompan las capas.
- Cremar la mantequilla y el azúcar: Coloca la mantequilla a temperatura ambiente en un bol grande y bátela con el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa y más clara, lo cual tomará unos tres o cuatro minutos. Es fundamental que la mantequilla no esté fría porque de lo contrario la mezcla quedará grumosa y no se logrará la textura suave que caracteriza a la masa real. Si lo haces a mano necesitarás un poco de paciencia, pero con batidora el proceso será mucho más rápido.
- Incorporar los huevos y la vainilla: Añade los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada incorporación para que se integren sin cortar la mezcla. Una vez que los cuatro huevos estén incorporados, agrega el extracto de vainilla y mezcla unos segundos más. Este paso aporta humedad y equilibrio de sabor, y es clave batir lo justo para mantener la masa aireada y no perder la cremosidad que se ha formado.
- Integrar los secos y la leche: Tamiza la harina junto con el polvo de hornear y la sal, y agrégala en tres partes alternando con la leche. Comienza y termina siempre con harina. La masa debe quedar espesa y algo pegajosa, lo cual es completamente normal, ya que la masa real no es un bizcocho aireado sino uno compacto y firme que soporta el peso del relleno de guayaba. Mezcla solo hasta integrar, sin batir de más, para evitar que el bizcocho pierda suavidad.
- Armar las capas con la guayaba: Divide la masa en dos partes iguales y extiende la primera mitad en el fondo del molde, alisándola con ayuda de una espátula. Coloca encima las lonjas de pasta de guayaba, distribuyéndolas de forma que cubran toda la superficie y no queden huecos. Después, extiende cuidadosamente la segunda mitad de la masa encima de la guayaba. Es normal que esta capa superior cueste un poco de trabajo distribuir porque la masa es densa; un truco es engrasar ligeramente la espátula o humedecerla con agua para alisar más fácilmente.
- Hornear la masa real: Lleva el molde al horno y hornea durante 45 a 50 minutos, o hasta que la superficie esté bien dorada. Para comprobar la cocción introduce un palillo en el centro, pero procura no pinchar justo sobre la guayaba porque saldrá húmedo aunque el bizcocho ya esté listo. El tiempo puede variar un poco según tu horno, así que confía más en el aspecto dorado y la prueba del palillo.
- Enfriar, cortar y servir: Retira la masa real del horno y deja reposar unos 15 minutos en el molde antes de desmoldarla, ya que en caliente es muy frágil. Luego colócala sobre una rejilla y espera a que se enfríe por completo antes de cortar en cuadrados o rectángulos. Tradicionalmente se disfruta a temperatura ambiente, aunque también tibia resulta deliciosa con el relleno de guayaba aún suave y fundente. Si lo deseas, espolvorea azúcar glass por encima para darle un acabado más vistoso. Conserva siempre bien cubierta para evitar que la masa se seque demasiado rápido y, si la guardas en refrigerador, recuerda sacarla un rato antes de servir para que recupere su suavidad.