Quesillo Nicaragüense

Quesillo Nicaragüense
Receta de Quesillo Nicaragüense

El Quesillo nicaragüense es un plato emblemático de Nicaragua, conocido por su sencillez y sabor irresistible. Este manjar consiste en tortillas de maíz tibias enrolladas alrededor de queso suave, coronadas con crema y un delicioso encurtido de cebolla. Su origen se remonta a principios del siglo XX, cuando mujeres vendedoras ofrecían este alimento en estaciones de tren, llevando la comida tradicional a viajeros que lo difundieron más allá de las fronteras del país.

La combinación de queso cremoso, encurtido de cebolla y crema crea un plato compacto y lleno de sabor que se ha convertido en un símbolo de la gastronomía nicaragüense. Hoy, el Quesillo nicaragüense se disfruta en toda Centroamérica, encontrando adaptaciones en Costa Rica y El Salvador, aunque su historia y autenticidad siguen firmemente arraigadas en Nicaragua.

Cada bocado refleja la tradición y pasión de quienes lo elaboran, manteniendo viva la historia culinaria del país. Este plato callejero es perfecto como snack, desayuno o acompañante, y representa la riqueza cultural de la comida típica nicaragüense.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 10 minutos
  • Tiempo de cocinado: 15 minutos
  • Tiempo total: 25 minutos
  • Raciones: 4-6 porciones
  • Categoría: Snack
  • Tipo de cocina: Nicaragüense
  • Calorías por ración: 250 kcal

Ingredientes

Para el quesillo

  • 8-10 tortillas de maíz (preferiblemente caseras, aunque las comerciales también funcionan bien)
  • 8 oz de cuajada agridulce / quesillo nicaragüense (puede sustituirse con queso blanco suave o mozzarella de buena calidad)

Para las cebollas encurtidas

  • 1 cebolla amarilla pequeña
  • 1/3 taza de vinagre negro (ajustar al gusto)
  • 1 pizca de sal

Para el armado

  • 4-6 cucharadas de crema agria / sour cream
  • Aceite vegetal (opcional, para calentar las tortillas)

Como hacer Quesillo Nicaragüense

  1. Preparar las cebollas encurtidas: Comienza picando la cebolla en rodajas finas o juliana. Luego, hierve agua suficiente y blanquea la cebolla durante aproximadamente tres minutos, solo hasta que pierda el crujido crudo pero sin volverse completamente transparente. Esto suaviza la cebolla y ayuda a que absorba mejor el vinagre. Una vez blanqueadas, escúrrelas y colócalas en un recipiente, vertiendo el vinagre negro por encima junto con una pizca de sal. Deja reposar las cebollas al menos cinco minutos hasta que adquieran un color ligeramente marrón y un sabor agridulce. Si prefieres un sabor más intenso, puedes dejarlas reposar un poco más, pero recuerda que el vinagre no debe dominar por completo el sabor del quesillo.
  2. Preparar el queso: Si decides usar cuajada agridulce, colócala en agua hirviendo por unos minutos hasta que se ablande, lo suficiente para poder estirarla y formar cilindros largos y flexibles. Esto le dará la textura característica del quesillo nicaragüense. Si optas por mozzarella, corta tiras gruesas y apílalas para lograr más volumen y consistencia al enrollar las tortillas. La idea es que el queso esté tibio y flexible al momento de armar el quesillo, pero no completamente derretido, así se mantiene la autenticidad de la receta.
  3. Calentar las tortillas: Calienta una sartén o plancha a fuego bajo y coloca cada tortilla por unos tres minutos, girando para que se caliente de manera uniforme. Esto ayuda a que la tortilla quede flexible y no se rompa al enrollar el queso. Puedes agregar un poco de aceite si lo deseas, aunque no es estrictamente necesario; solo asegúrate de que las tortillas no queden grasosas. Este paso es clave para que el quesillo se arme de manera fácil y quede jugoso al morderlo.
  4. Armado del quesillo: Coloca sobre cada tortilla la porción de queso que preparaste. Encima, añade generosamente las cebollas encurtidas, asegurándote de distribuirlas bien para que cada bocado tenga el equilibrio perfecto entre queso y cebolla. Luego, coloca una o dos cucharadas de crema agria sobre las cebollas, según tu preferencia de cremosidad. Enrolla la tortilla alrededor del queso, cerrando bien el quesillo para que no se abra al servir. Lo tradicional en Nicaragua es servirlo en pequeñas bolsas plásticas, especialmente cuando se vende en la calle, pero en casa puedes presentarlo en un plato. Recuerda que el quesillo debe consumirse caliente para disfrutar su sabor y textura auténtica.