Crema de auyama
La crema de auyama es una sopa suave, reconfortante y muy apreciada en países como Venezuela, Colombia y la República Dominicana, ideal para cualquier ocasión. Esta receta saludable y deliciosa aprovecha el dulzor natural de la auyama, complementado con un sofrito aromático de cebolla, ajoporro y ajo, logrando una textura cremosa que encanta a grandes y pequeños. Se puede enriquecer con leche evaporada, crema de leche o incluso un poco de pollo, aportando sabor y consistencia sin perder su delicadeza. Su preparación es sencilla, rápida y muy fácil de digerir, convirtiéndola en una opción perfecta para toda la familia, incluso para un bebe o quienes buscan un plato ligero y nutritivo.
Esta crema ofrece múltiples beneficios gracias a la auyama, rica en vitaminas y fibra, que ayuda a mantener el organismo saludable. Su textura aterciopelada y sabor delicado la hacen ideal como entrada en cenas formales, almuerzo ligero o cena reconfortante. Al servirse caliente, se puede acompañar con un toque de queso rallado o un chorrito de leche para realzar su suavidad y profundidad de sabor.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 15 minutos
- Tiempo de cocinado: 20 minutos
- Tiempo total: 35 minutos
- Raciones: 4 porciones
- Categoría: Sopa / Crema
- Tipo de cocina: Internacional
- Calorías por ración: 180 kcal
Ingredientes
- 2 lb de auyama
- 1 cebolla grande
- 1 ajoporro (puerro)
- 2 dientes de ajo
- 1 ají dulce
- 2 cucharadas de mantequilla o aceite
- 4 tazas de caldo de verduras o pollo
- 1 taza de leche evaporada
- 1 cucharada de crema de leche o queso crema
- 1½ cucharadita de sal
- ½ cucharadita de pimienta
- Queso rallado para servir (opcional)
Como hacer Crema de auyama
- Preparar y sofreír la base aromática: Corta la cebolla en cubos medianos, el ajoporro en rodajas finas, los dientes de ajo en picadito y el ají dulce en cuadritos. Derrite la mantequilla en una olla a fuego medio-bajo y agrega todos los vegetales junto con una cucharadita de sal. Sofríe lentamente hasta que la mezcla esté suave, brillante y ligeramente dorada. Este tiempo extra de cocción permite que los vegetales desarrollen dulzor natural y formen la base profunda de sabor que caracteriza esta crema.
- Integrar la auyama para potenciar el sabor inicial: Pela la auyama y córtala en cubos medianos. Incorpórala a la olla y mezcla con el sofrito durante un par de minutos, permitiendo que absorba los aromas. Este contacto directo con la grasa caliente hace que la auyama caramelice ligeramente en sus bordes y se adhiera al fondo de sabor, lo cual dará una textura más rica y un color más intenso al resultado final.
- Cocinar en caldo hasta obtener la textura adecuada: Vierte el caldo sobre la mezcla hasta cubrirla por completo, sube el fuego hasta que hierva suavemente y luego cocina tapado entre quince y veinte minutos, o hasta que la auyama esté muy blanda. Mantener la olla tapada ayuda a conservar el vapor, concentrar los jugos y evitar que el líquido se reduzca demasiado. Cuando esté lista, deja reposar unos minutos antes de licuar para evitar salpicaduras.
- Licuar para lograr la crema sedosa: Pasa la mezcla cocida a la licuadora, añade la leche evaporada y la crema de leche o queso crema, y licúa hasta obtener una crema totalmente suave. Si la mezcla queda muy espesa, ajusta con un poco del caldo de cocción. Si queda muy ligera, licúa unos segundos más sin agregar líquido. La integración de los lácteos en este momento permite una emulsión perfecta y aporta suavidad sin opacar el sabor natural de la auyama.
- Recalentar, ajustar y darle el toque final: Regresa la crema a la olla y caliéntala a fuego medio-bajo mientras remueves para evitar que se adhiera al fondo. Añade la pimienta y rectifica la sal. Cuando alcance la consistencia cremosa ideal, retírala del fuego. Este último calentado permite integrar completamente los sabores y lograr una textura más uniforme.
- Servir con un acabado perfecto: Sirve la crema bien caliente y, si lo deseas, añade un poco de queso rallado encima para que se derrita con el calor. También puedes agregar unas gotas de crema, un poco de cilantro fresco o crutones caseros. Estos toques finales aportan textura, aroma y, sobre todo, una profundidad que complementa a la perfección el carácter suave y dulce de la auyama.