Frijoles volteados
Los frijoles volteados son un platillo tradicional de Guatemala que no puede faltar en la mesa de los guatemaltecos. Esta receta es perfecta para preparar en casa y disfrutar de un sabor auténtico que combina la suavidad de los frijoles negros con un toque de cebolla y ajo dorados. Ideales como acompañamiento en cualquier comida, los frijoles volteados también son una opción nutritiva y reconfortante para el desayuno, ofreciendo energía y sabor desde la primera hora del día.
Prepararlos en casa es más sencillo de lo que parece, y utilizando una olla a presión podrás reducir el tiempo de cocción sin perder el sabor. Los frijoles negros se cocinan hasta quedar suaves, luego se licúan y se fríen suavemente con cebolla y ajo para lograr los auténticos frijoles volteados guatemaltecos. Sirve este platillo caliente, acompañado de tortillas o crema, y disfruta del verdadero sabor de Guatemala en tu mesa.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 15 minutos
- Tiempo de cocinado: 45 minutos
- Tiempo total: 1 hora
- Raciones: 4-5
- Categoría: Acompañamiento
- Tipo de cocina: Guatemalteca
- Calorías por ración: 250 kcal
Ingredientes
- 3 tazas de frijoles negros secos (o 2 latas de frijoles negros)
- 1 cebolla grande
- 3 dientes de ajo
- 3 cucharadas de aceite (puede ser oliva o vegetal)
- 3 tazas de agua pura
- Sal al gusto
Para acompañar
- Crema al gusto
- Queso fresco seco al gusto
- Plátanos fritos o tortillas
Como hacer Frijoles volteados
- Cocer los frijoles: Coloca los frijoles secos lavados en una olla grande con suficiente agua para cubrirlos completamente. Agrega la cebolla y los dientes de ajo. Cocina a fuego medio-bajo durante 45 a 60 minutos, hasta que los frijoles estén suaves y bien cocidos. Es importante vigilar que el agua no se evapore por completo y revolver de vez en cuando para evitar que los frijoles se peguen al fondo.
- Licuar los frijoles: Retira la cebolla y el ajo de la cocción. Coloca los frijoles en una licuadora junto con aproximadamente dos tercios del líquido de cocción y licúa hasta obtener una pasta homogénea. Si quieres unos frijoles más cremosos, puedes añadir un poco más de líquido, pero evita que quede demasiado aguado, ya que esto dificultará que se puedan “voltear”.
- Preparar el sofrito: Calienta el aceite en un sartén grande a fuego medio. Pica la cebolla y los dientes de ajo finamente y agrégalos al aceite caliente. Saltea hasta que la cebolla esté transparente y el ajo ligeramente dorado. Retira la cebolla y el ajo del sartén para que el aceite conserve todo el sabor y aroma. Este aceite será la base para darle sabor a los frijoles mientras se cocinan.
- Cocinar los frijoles en el sartén: Vierte los frijoles licuados en el sartén con el aceite caliente. Cocina a fuego medio-bajo, revolviendo constantemente para que no se quemen. A medida que la mezcla se espese, notarás que los frijoles comienzan a “solificarse”. Continúa removiendo hasta alcanzar la consistencia deseada, firme pero cremosa. Puedes agregar un poco más de aceite si deseas que queden más brillantes y fáciles de voltear.
- Voltear los frijoles: Con una espátula grande, comienza a mover los frijoles en el sartén como si los “voltearas” para formar un bloque firme. Este paso requiere paciencia, ya que la textura adecuada se logra poco a poco. Si los frijoles se pegan, añade unas gotas de aceite y sigue moviendo suavemente. La meta es lograr una forma compacta que se mantenga al dar la vuelta, similar a una “maleta de frijol”.
- Servir y acompañar: Sirve los frijoles calientes acompañados de crema, queso fresco seco, plátanos fritos o tortillas según tu gusto. Puedes dorar un poco más de cebolla y mezclarla con los frijoles antes de servir para un toque extra de sabor. También puedes acompañarlos con arroz blanco o aguacate, logrando un plato tradicional guatemalteco completo y delicioso.