Garbanzos en miel
Los garbanzos en miel, también conocidos como garbanzos en dulce, son un tradicional postre de Guatemala preparado especialmente durante la Cuaresma, Semana Santa y el Día de Todos los Santos. Esta deliciosa preparación combina la suavidad de los garbanzos con la miel elaborada a base de panela, canela y clavo de olor, creando un sabor dulce y especiado que evoca la calidez del hogar y las tradiciones familiares guatemaltecas. Su aroma inconfundible llena la cocina, recordando las celebraciones y el espíritu festivo de la gastronomía de antaño.
Más que una simple receta guatemalteca, los garbanzos en miel representan un lazo con las raíces culturales del país. Este postre típico refleja la fusión de la herencia española y las técnicas ancestrales mayas, convirtiéndose en un símbolo de identidad y sabor. Ideal para compartir en familia o disfrutar en cualquier época del año, este dulce tradicional es una joya de la cocina guatemalteca que encanta a quienes lo prueban.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 12 horas
- Tiempo de cocinado: 2 horas
- Tiempo total: 14 horas
- Raciones: 10 porciones
- Categoría: Postre tradicional
- Tipo de cocina: Guatemalteca
- Calorías por ración: 250 kcal
Ingredientes
- 2 libras de garbanzos crudos
- 2 cucharadas de bicarbonato de sodio
- 6 tazas de agua
- 2 marquetas de panela o piloncillo
- 1 taza de azúcar morena
- 2 rajas de canela
- 1 trozo pequeño de jengibre
- 4 clavos de olor
- 4 granos de pimienta gorda o negra entera
- 4 hojas de higo (opcional)
- 2 cucharaditas de vainilla
- 1 pizca de sal
- Ralladura de naranja o limón (opcional)
Como hacer Garbanzos en miel
- Remojar los garbanzos: Coloca los garbanzos en un recipiente grande y cúbrelos con abundante agua. Agrega el bicarbonato de sodio y déjalos reposar toda la noche, de 8 a 12 horas. Este paso suaviza los garbanzos y facilita que luego suelten la cáscara, lo que ayuda a obtener una textura más fina y agradable en el dulce. Si se desea un método más tradicional, puede sustituirse el bicarbonato por ceniza de leña, tal como hacían las abuelas en las cocinas antiguas.
- Pelar los garbanzos: Al día siguiente, enjuaga los garbanzos y ponlos a hervir en abundante agua limpia durante unos 15 minutos, solo hasta que empiecen a soltar la piel. Luego, escúrrelos y frótalos con las manos o entre dos paños limpios para retirar la cascarilla. Enjuágalos varias veces hasta que el agua salga clara y no queden restos de piel. Este paso es esencial para que los garbanzos en miel queden suaves, brillantes y absorban mejor el sabor del dulce.
- Cocer los garbanzos: Coloca los garbanzos pelados en una olla grande con seis tazas de agua, una raja de canela, el trozo de jengibre entero y una pizca de sal. Cocina a fuego medio durante una hora y media o hasta que los garbanzos estén muy suaves, casi al punto de deshacerse entre los dedos. Si usas olla de presión, bastará con unos 40 minutos. Si el agua se consume durante la cocción, agrégale un poco más, pero siempre caliente, para no detener el hervor. Este paso requiere paciencia, ya que el secreto de unos buenos garbanzos en dulce está en que queden tiernos por dentro y firmes por fuera, sin deshacerse.
- Preparar la miel: Mientras los garbanzos se cocinan, prepara la miel. En otra olla coloca las marquetas de panela partidas, el azúcar morena, una raja de canela, los clavos, los granos de pimienta gorda y las hojas de higo si las tienes. Agrega tres tazas de agua y cocina a fuego medio hasta que el dulce se derrita completamente y se forme una miel espesa y aromática. Cuando la miel esté lista, añade la vainilla y, si deseas, un poco de ralladura de naranja o limón para darle un toque perfumado y fresco. Cuela la miel antes de usarla para eliminar las especias y las hojas. Este paso define el sabor del postre: una miel oscura, brillante y con cuerpo es señal de que todo va perfecto.
- Integrar la miel y los garbanzos: Cuando los garbanzos estén suaves, vierte la miel caliente colándola directamente sobre ellos. Cocina a fuego lento durante 30 a 45 minutos más, moviendo suavemente con una cuchara de madera para que no se peguen al fondo ni se deshagan. Poco a poco, la miel irá tomando un color más oscuro y una textura más espesa que envolverá los garbanzos. Si notas que está muy líquida, deja cocinar sin tapar por unos minutos más, hasta obtener el punto deseado. El aroma de la canela y el jengibre llenará la cocina, y sabrás que están listos cuando la miel forme una capa brillante sobre los granos.
- Dejar reposar y servir: Apaga el fuego y deja que los garbanzos reposen en su miel para que absorban bien el sabor. Pueden servirse tibios o fríos, según el gusto. Tradicionalmente se disfrutan fríos, acompañados con pan de yema, pan francés o incluso con arroz con leche. Al enfriarse, la miel se vuelve más espesa y los garbanzos toman una textura cremosa y deliciosa, perfecta para compartir en las fiestas de Semana Santa o en reuniones familiares.