Mamallena panameña
La mamallena panameña es un postre tradicional de Panamá que combina simplicidad y sabor en cada bocado. Esta receta familiar permite aprovechar el pan duro o sobrante de días anteriores, transformándolo en una deliciosa mezcla cremosa que se hornea hasta obtener una textura suave y esponjosa, muy diferente de otros panes. Con ingredientes básicos como pan, leche, huevos, azúcar y especias, esta preparación se puede enriquecer con pasas, ralladura de limón o un toque de ron, creando un dulce que encanta a toda la familia. También se le conoce como pudin de pan o torta de pan, y es perfecto para cualquier ocasión: desayuno, merienda o como un cierre dulce después de la comida.
Para preparar esta mamallena, puedes usar una licuadora para obtener una mezcla más homogénea y cremosa, o simplemente mezclar a mano en un bol grande. La cocción se realiza en horno o sobre la estufa, logrando un dulce que se derrite en la boca y que se sirve tradicionalmente acompañado de leche o helado. Su textura única y su sabor casero lo convierten en un postre imprescindible en los hogares de Panamá.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 20 minutos
- Tiempo de cocinado: 60 minutos
- Tiempo total: 80 minutos
- Raciones: 12
- Categoría: Postre
- Tipo de cocina: Panameña
- Calorías por ración: 350 kcal
Ingredientes
- 6 tazas de pan duro
- 2 tazas de leche entera
- 1 lata de leche condensada (aprox. 400 ml)
- 1 lata de leche evaporada (aprox. 400 ml)
- 3 huevos grandes
- ½ taza de mantequilla o margarina
- ¾ taza de azúcar morena
- 1 cucharadita de canela en polvo
- 1 cucharadita de vainilla
- 1 caja de pasitas (aprox. 150 g)
- ½ taza de tutti frutti (opcional)
Para el caramelo
- 1 taza de azúcar morena
- ½ taza de agua
Como hacer Mamallena panameña
- Remojar el pan: Coloca el pan en un bol grande y agrega la leche entera junto con la leche evaporada. Deja reposar durante 10 a 15 minutos hasta que el pan absorba bien los líquidos. Con un tenedor o con las manos, desmenuza el pan hasta que quede completamente suave y sin grumos grandes. Este paso es fundamental para que la mamallena tenga una textura esponjosa y uniforme. Es recomendable usar pan de uno o dos días, como baguette o pan francés, ya que absorbe mejor los líquidos.
- Mezclar huevos, especias y demás ingredientes: En un tazón aparte, bate los huevos y agrégales la canela y la vainilla. Incorpora esta mezcla al pan remojado y mezcla bien. Agrega la mantequilla, el azúcar morena, las pasitas y, si deseas, el tutti frutti. Mezcla hasta obtener una masa homogénea. Para mejorar la textura, puedes batir con una batidora a velocidad baja. Deja reposar 15-20 minutos para que los sabores se integren y el pan absorba aún más los líquidos.
- Preparar el caramelo (opcional): En una olla pequeña, calienta el azúcar morena junto con el agua a fuego medio, removiendo constantemente hasta que se disuelva y tome un color ámbar dorado sin quemarse. Este caramelo le dará un color y sabor característicos a la mamallena. Vierte el caramelo en el molde que vas a utilizar, cubriendo uniformemente el fondo. Espolvorea algunas pasitas sobre el caramelo para decoración y para aportar textura adicional al postre.
- Hornear: Precalienta el horno a 350 ºF (175 ºC) y engrasa un molde con mantequilla. Vierte la mezcla de pan sobre el caramelo y extiéndela uniformemente. Hornea de 45 a 60 minutos hasta que al insertar un palillo salga limpio y la superficie esté ligeramente dorada. Durante el horneado, evita abrir el horno repetidamente para que la mamallena no se baje. Este paso requiere paciencia, pero garantiza un postre firme por dentro y caramelizado por fuera.
- Enfriar y desmoldar: Retira del horno y deja enfriar completamente antes de desmoldar. Coloca un plato sobre el molde y voltea cuidadosamente para que el caramelo quede encima. Esta es la presentación tradicional de la mamallena. Una vez frío, corta en rebanadas al gusto. Puedes acompañar con helado de vainilla, leche condensada adicional o crema fresca. Guardar en refrigeración si no se va a consumir de inmediato ayuda a mantener su textura y sabor por más tiempo.