Niditos de amor
Los niditos de amor son pequeños dulces de la repostería casera que destacan por su textura suave, su aroma mantecoso y su presentación tradicional que evoca recuerdos familiares. Su origen está ligado a la receta peruana, donde estas galletas se preparan desde hace décadas como parte de celebraciones, loncheras y meriendas hogareñas. La combinación de harina con maizena, junto a la delicada cocción, da como resultado una masa tierna y arenosa que se deshace en la boca. Además, su forma característica y sus variados rellenos permiten disfrutar un bocado clásico que nunca pasa de moda.
Con un método sencillo y una historia que conecta con la cocina de antaño, estos dulces se han convertido en un ícono dentro de la repostería artesanal. Su interior suave y su toque dulce hacen que la preparación sea ideal para cualquier ocasión y que genere un interés constante entre quienes buscan recetas caseras para hornear en casa.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 20 minutos
- Tiempo de cocinado: 18 minutos
- Tiempo total: 38 minutos
- Raciones: 25 unidades
- Categoría: Repostería
- Tipo de cocina: Peruana
- Calorías por ración: 115 kcal
Ingredientes
- 2 tazas de harina sin preparar
- 1 taza de maicena
- 200 g de margarina
- 4 cucharadas de azúcar en polvo
- 2 yemas
- 1 pizca de sal
- 250 g de mermelada de fresa (o tu sabor preferido)
- Azúcar en polvo para espolvorear
Como hacer Niditos de Amor
- Mezclar los ingredientes secos y formar el punto arenoso: En un bowl grande, combina la harina, la maicena, el azúcar en polvo y la sal, asegurándote de mezclar muy bien para que todos los ingredientes secos queden distribuidos de manera uniforme, lo que ayuda a que la masa tenga una textura más pareja. Luego agrega la margarina y empieza a deshacerla con los dedos, frotando suavemente hasta conseguir una mezcla arenosa o en “punto borona”, evitando presionar demasiado para que la masa no se caliente ni se endurezca. Este paso es clave para obtener la textura clásica suave y ligeramente arenosa de los niditos.
- Incorporar las yemas y unir la masa sin amasarla en exceso: Añade las yemas, incorporándolas con las manos hasta que la masa se una. Es importante no sobreamasar, ya que esto desarrolla el gluten y endurece las galletas; solo mezcla lo justo para que todos los ingredientes se integren. Si notas que la masa está muy blanda, puedes enfriarla unos minutos después de unirla para facilitar el estirado y mejorar la textura final.
- Reposar, estirar la masa y cortar las piezas: Deja reposar la masa durante unos 10 minutos, preferiblemente en el refrigerador para que tome firmeza. Luego colócala sobre una superficie enharinada y estírala con un rodillo hasta dejarla de aproximadamente 5 mm de grosor, manteniendo la presión pareja para que las galletas horneen de forma uniforme. Corta círculos de unos 5 cm de diámetro para formar las bases, y a la mitad de ellos córtales un círculo más pequeño al centro para formar los aros superiores que darán el efecto de “nido”. Si la masa se pega, vuelve a enfriarla unos minutos antes de seguir cortando.
- Hornear las bases y los aros sin dorarlos demasiado: Coloca las bases y los aros en una bandeja con papel manteca y llévalos al horno precalentado a 180°C. Hornéalos entre 15 y 20 minutos, retirándolos cuando apenas comiencen a tomar un color ligeramente dorado en los bordes, ya que un horneado excesivo los dejaría duros y perderían la textura suave y frágil que caracteriza a los niditos. Déjalos enfriar completamente en la bandeja o una rejilla para evitar que se quiebren mientras están calientes.
- Rellenar, armar los niditos y terminarlos con azúcar: Una vez frías, toma las bases y colócales una porción de mermelada en el centro, sin exagerar para que no rebalse. Luego coloca encima los aros presionando muy suavemente para que queden adheridos sin romperse. Para darles el acabado tradicional, espolvorea azúcar en polvo con un colador fino sobre cada una, lo que además ayuda a equilibrar la acidez de la mermelada y resalta la apariencia clásica. Si deseas presentarlas de forma más elegante o tradicional, colócalas dentro de pirotines antes de servir.