Pan de gloria

Pan de gloria
Receta de Pan de gloria

El pan dulce cubano conocido como Pan de Gloria es una joya tradicional que muchos recuerdan de su infancia, cuando aparecía solo en ocasiones especiales en las panaderías de barrio. Su textura suave, su aroma especiado y su acabado almibarado lo convierten en uno de los panes más apreciados de la isla. Este pan tiene un origen que se remonta al siglo XIX, cuando comenzó a venderse alrededor de 1844 como un pan dulce y esponjoso espolvoreado con azúcar, ganándose rápidamente la preferencia de los cubanos.

Hoy en día, preparar Pan de Gloria en casa permite revivir ese recuerdo cálido y artesanal mediante una receta que, aunque sencilla, conserva la esencia original con sus especias y su toque almibarado característico. Esta versión moderna mantiene la tradición del pan cubano mientras aporta un toque creativo opcional con relleno de guayaba, perfecto para disfrutar un postre o desayuno casero irresistiblemente aromático.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 45 minutos
  • Tiempo de cocinado: 25 minutos
  • Tiempo total: 1 hora 10 minutos
  • Raciones: 12
  • Categoría: Pan dulce
  • Tipo de cocina: Cubana
  • Calorías por ración: 250 kcal

Ingredientes

  • 430 g de agua tibia (312 g para la masa + 118 g para el almíbar)
  • 140 g de leche evaporada o leche fresca
  • 60 g de aceite vegetal
  • 10 g de vainilla
  • 14 g de levadura seca o instantánea
  • 165 g de azúcar (65 g para la masa + 100 g para el almíbar)
  • 360 g de harina de trigo todo uso
  • 360 g de harina de pan (o más harina todo uso si no tienes)
  • 8 g de sal
  • ½ cucharada de canela en polvo
  • 1 cucharada de nuez moscada en polvo
  • 160 g de miel de abeja
  • ½ taza de malta en polvo (opcional pero tradicional)
  • Azúcar adicional para espolvorear

Como hacer Pan de gloria

  1. Activar la levadura: En este primer paso mezcla parte del agua tibia con una pequeña porción del azúcar y la levadura, removiéndolo hasta que se humedezca completamente y dejándolo reposar unos minutos para que espume. Este reposo permite verificar que la levadura está activa y también mejora el desarrollo del pan, por lo que no conviene saltarlo aunque uses levadura instantánea.
  2. Integrar los ingredientes líquidos y aromáticos: Coloca en un recipiente amplio el resto del agua tibia, la leche evaporada, el aceite y la vainilla, mezclándolos para que se incorporen de manera pareja. Este paso ayuda a distribuir la grasa y los aromas antes de agregar las harinas, logrando una masa más suave y perfumada. Es mejor mantener esta mezcla tibia, ya que temperaturas frías ralentizan el crecimiento de la masa.
  3. Añadir harinas, azúcar, sal y especias: Agrega la harina todo uso, la harina de pan, el azúcar restante, la sal, la canela, la nuez moscada y la malta en polvo si decides usarla, mezclando todo hasta formar una masa inicial. Este es el momento donde las especias se integran bien, lo que evita puntos amargos y asegura un aroma uniforme. Si ves que queda muy seca, puedes añadir pequeñas cucharadas de agua; si queda muy húmeda, agrega pequeñas cucharadas de harina.
  4. Incorporar la levadura y amasar hasta lograr elasticidad: Añade la mezcla de levadura ya espumada y comienza a amasar durante varios minutos, ya sea a mano o en batidora, hasta obtener una masa suave y elástica que se desprenda ligeramente de las manos. Una masa algo pegajosa está perfecta para lograr panes suaves, así que evita añadir harina de más. Continúa amasando hasta que la masa quede completamente homogénea, ya que esto ayuda a que suba mejor y hornee de forma pareja.
  5. Primer reposo para relajar la masa: Cubre la masa con un paño o plástico y déjala reposar durante unos quince minutos, permitiendo que el gluten se relaje. Este reposo hace que la masa sea más fácil de manejar posteriormente y también ayuda a que las especias se hidraten mejor, intensificando el aroma típico del Pan de Gloria.
  6. Segundo amasado breve y división en porciones: Amasa la masa nuevamente solo un minuto para expulsar parte del aire acumulado y procede a dividirla en porciones del mismo tamaño. Puedes simplemente cortar trozos similares, ya que la precisión exacta no es obligatoria, aunque porciones de unos 80–90 g logran el tamaño tradicional. Mantén las porciones cubiertas para evitar que se resequen mientras trabajas con ellas.
  7. Formado de bollitos y manejo del relleno: Toma cada porción, aplástala ligeramente con la mano para formar un círculo; basta presionarla con los dedos para aplanarla un poco. Luego junta los bordes hacia el centro y pellíscalos para cerrar el relleno, volteando el bollito con el cierre hacia abajo y rodándolo suavemente sobre la mesa para sellarlo. Si prefieres la versión tradicional sin relleno, simplemente forma las bolitas o estira la porción en una tira larga y enróllala en espiral para obtener la forma de caracol.
  8. Leudado final hasta duplicar el tamaño: Coloca los panes formados en una bandeja preparada con papel para horno o con un poco de grasa y cúbrelos con un paño para evitar que se resequen. Déjalos reposar entre cuarenta y sesenta minutos o hasta que hayan duplicado su tamaño, ya que este leudado final es esencial para que el pan quede ligero, suave y aireado. Si el ambiente está frío, colócalos cerca del horno encendido o dentro de él apagado con la luz interior encendida para acelerar el proceso.
  9. Horneado a temperatura moderada: Precalienta el horno a 180°C (350°F) y hornea los panes durante unos veinte a veinticinco minutos, o hasta que estén ligeramente dorados en la superficie y suenen huecos al golpearlos en la base. Evita un dorado excesivo porque el Pan de Gloria debe quedar suave y no crujiente, y retíralos en cuanto alcancen un color dorado claro característico.
  10. Preparación del almíbar: Mientras los panes se hornean, calienta en una olla el agua reservada con el azúcar, mezclando hasta que el azúcar se disuelva por completo y obtengas un almíbar ligero. No es necesario espesarlo demasiado, ya que debe ser fluido para penetrar fácilmente en la superficie caliente del pan, lo que le dará brillo, suavidad y un acabado tradicional.
  11. Barnizado con miel y almíbar caliente: Apenas salgan del horno, barniza los panes con una capa fina de miel y enseguida pincélalos con el almíbar caliente, permitiendo que ambos se absorban ligeramente mientras el pan aún está caliente. Este acabado suave y brillante es esencial en los panes cubanos tradicionales y ayuda a intensificar el aroma de las especias. Para terminar, espolvorea un poco de azúcar por encima mientras aún están húmedos, lo que les da la textura dulce clásica del Pan de Gloria.