Torrejas cubanas

Torrejas Cubanas
Receta de Torrejas Cubanas

Las torrejas cubanas son un postre tradicional que refleja la historia y la cultura culinaria de la isla, con raíces que se remontan a la época colonial y al origen español de la torrija. Este dulce se prepara con pan de varios días, empapado en leche evaporada, rebozado en huevo y frito hasta alcanzar una textura dorada y suave. Las torrejas en almibar son la versión más conocida y apreciada, donde el almíbar aromatizado con canela y vino seco realza el sabor, convirtiéndolas en un postre ideal para celebraciones y ocasiones especiales, así como para aprovechar el pan sobrante de manera deliciosa y económica.

Hoy en día, estas torrejas cubanas en almíbar se adaptan incluso a métodos modernos de cocción, como la freidora de aire, manteniendo el sabor clásico y reduciendo el uso de aceite. Con su combinación de pan, leche evaporada, huevos y especias, este postre tradicional ofrece una experiencia auténtica que ha perdurado a lo largo de siglos, siendo un dulce emblemático de la cocina cubana que cualquier amante de la repostería debe probar.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 20 minutos
  • Tiempo de cocinado: 20 minutos
  • Tiempo total: 40 minutos
  • Raciones: 6-8 porciones
  • Categoría: Postre
  • Tipo de cocina: Cubana
  • Calorías por ración: 350 kcal

Ingredientes

Para las torrejas

  • 1 libra de pan cubano o pan de corteza dura
  • 1 lata y media (≈517 ml) de leche evaporada
  • 3 yemas de huevo
  • 4 huevos enteros
  • 2 cucharadas de vino seco
  • 1/4 taza (30 g) de azúcar glass
  • 1 cucharadita de canela en polvo
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
  • 1 pizca de sal
  • Aceite vegetal para freír

Para el almíbar

  • 3 tazas (600 g) de azúcar
  • 1½ tazas de agua
  • 1 rama de canela
  • 1 anís estrellado
  • 1 trozo de cáscara de limón
  • 1/2 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
  • 1 cucharada de vino seco

Como hacer Torrejas Cubanas

  1. Preparar el pan: En este primer paso corta el pan en rebanadas de unos 2 cm de grosor, haciendo las rodajas en este momento porque así mantienes la frescura del pan y evitas que se desmorone al remojarlo. Es importante que el pan sea del día anterior para que tenga la firmeza adecuada; si está muy fresco absorberá demasiado líquido y podría romperse cuando lo manipules. Una vez cortado, coloca las rodajas en una bandeja para tenerlas listas mientras preparas la mezcla de leche.
  2. Mezclar la leche aromatizada: En un bol grande mezcla la leche evaporada con las yemas, el vino seco, el azúcar glass, la vainilla, la canela en polvo y una pizca de sal. Este paso requiere mezclar muy bien para que los ingredientes se integren y logren un sabor intenso, ya que la mezcla es la responsable del gusto típico de las torrejas cubanas. Deja reposar la mezcla unos minutos porque, al descansar, la canela y la vainilla se integran mejor y el sabor final queda más equilibrado.
  3. Remojar las rebanadas de pan: Coloca las rodajas dentro de la mezcla de leche, dándoles vuelta con cuidado para que se empapen de manera uniforme. Déjalas remojarse entre 2 y 4 minutos, lo suficiente para que se suavicen sin romperse. Durante este proceso, si quieres un toque más tradicional, puedes dejar caer unas gotas adicionales de vino seco sobre la superficie de cada rebanada, ya que esto realza el aroma característico de las torrejas cubanas sin volverlas alcohólicas. Cuando estén bien humedecidas, pásalas a un plato para continuar con el rebozado.
  4. Preparar el huevo para rebozar: En un bol aparte bate los 4 huevos enteros hasta que espumen ligeramente. Este batido crea un rebozado aireado y ayuda a dorar la torreja de forma uniforme. Es importante realizar este paso justo antes de freír para que el huevo no se oxide ni pierda aire, lo que garantizará una fritura más bonita y crujiente. Coloca el bol cerca de la sartén para trabajar con rapidez, ya que las torrejas remojadas tienden a volverse frágiles si las manipulas demasiado.
  5. Freír las torrejas: Calienta suficiente aceite en una sartén amplia a fuego medio-alto, cuidando que no esté ni muy frío ni demasiado caliente, porque un aceite demasiado caliente quemará el huevo antes de dorar el pan y uno muy frío hará que las torrejas absorban grasa. Toma cada rebanada remojada y exprímela suavemente entre tus manos para eliminar el exceso de mezcla, ya que si está muy mojada puede abrirse al contacto con el aceite. Luego pásala por el huevo batido y fríela entre 1 y 2 minutos por cada lado hasta que esté bien dorada. Si el aceite comienza a oscurecerse, cámbialo por uno nuevo, ya que el huevo quemado afecta el sabor y hace que las torrejas parezcan más pesadas. Ponlas sobre papel absorbente al retirarlas para quitarles el exceso de grasa.
  6. Preparar el almíbar cubano: En una cazuela mezcla el azúcar, el agua, la canela en rama, el anís estrellado, la cáscara de limón, la vainilla y el vino seco. Cocina todo a fuego medio durante unos 8 a 12 minutos, permitiendo que el almíbar vaya tomando cuerpo. No dejes que espese demasiado, porque al enfriarse se vuelve más denso y necesitas que quede fluido para que las torrejas lo absorban correctamente. Mientras hierve, aprovecha para mover suavemente la cazuela sin remover con cuchara, ya que mezclar demasiado puede cristalizar el azúcar. Una vez listo, deja que repose unos minutos para que no esté hirviendo al momento de verterlo sobre las torrejas.
  7. Bañar y servir las torrejas: Coloca las torrejas en una fuente amplia formando capas si es necesario. Vierte el almíbar tibio por encima asegurándote de cubrir cada pieza, ya que la torreja absorbe mejor el almíbar cuando aún está caliente o tibia. En este punto, si prefieres una preparación más intensa, puedes añadir un poco más de canela o unas gotas extra de vino seco al almíbar mientras está tibio para reforzar el perfume tradicional. Puedes servirlas tibias o dejarlas enfriar completamente para que absorban mejor el almíbar. No es recomendable guardarlas en la nevera, porque el aceite “se duerme” y afecta la textura; se disfrutan mejor el mismo día o al día siguiente a temperatura ambiente.