Pristiños
Los pristiños son un delicioso postre de origen navideño en Ecuador, donde se disfrutan especialmente durante la Nochebuena y el Año Nuevo. Esta tradicional preparación consiste en una masa delgada y crujiente elaborada con harina de trigo, mantequilla, huevos y un toque de anís, que luego se fríe hasta dorarse. Su característica forma de corona simboliza la corona de espinas de Jesús, y representa una hermosa costumbre familiar que une generaciones en torno a la cocina y las celebraciones festivas.
Servidos siempre con una dulce miel de panela o papelón, los pristiños ecuatorianos conquistan por su sabor auténtico y su textura ligera. Prepararlos en casa es una manera perfecta de mantener viva una de las tradiciones más queridas de la gastronomía ecuatoriana, ideal para compartir en reuniones familiares o disfrutar con una taza de café. Un clásico irresistible que combina historia, sabor y espíritu navideño.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 1 hora
- Tiempo de cocinado: 30 minutos
- Tiempo total: 1 hora y 30 minutos
- Raciones: 8 porciones
- Categoría: Postre
- Tipo de cocina: Ecuatoriana
- Calorías por ración: 340 kcal
Ingredientes
Para el agua con especia
- 1 taza de agua
- 3 ramas de canela
- 2 clavos de olor
- 1 cucharadita de semillas de anís
Para la masa
- 3 tazas de harina de trigo (425 g)
- 2 cucharadas de azúcar
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- ¼ cucharadita de sal
- 6 cucharadas (80 g) de mantequilla o margarina a temperatura ambiente
- 2 huevos
- 1 cucharada de jugo de limón
- 1 cucharada de aguardiente (opcional, o 1 cucharadita de esencia de anís o extracto de ron)
- ½ taza de agua tibia con especias (agregar más si es necesario)
- Aceite suficiente para freír
Para la miel de panela
- 2 tazas de agua
- 450 g de panela o papelón rallado
- 1 rama de canela
- 2 clavos de olor
- 1 trozo de cáscara de naranja o de limón
- 1 cucharadita de jugo de limón
Para servir
- Miel de panela caliente
- Dulce de higos (opcional)
- Canela molida o azúcar al gusto
Como hacer Pristiños
- Preparar el agua con especias: En una olla pequeña coloca el agua junto con las ramas de canela, los clavos de olor y las semillas de anís. Lleva al fuego y deja que hierva durante unos minutos. Cuando alcance el hervor, baja la intensidad del fuego y deja cocinar a fuego lento durante unos 10 a 15 minutos, hasta que el agua tome un color ámbar y se impregne del aroma de las especias. Luego cuela el líquido y déjalo reposar hasta que esté tibio, ya que se usará más adelante para hidratar la masa. Esta infusión le dará el sabor característico y tradicional a los pristiños, por lo que es importante no omitirla.
- Preparar la masa: En un bol grande mezcla la harina con el azúcar, el polvo de hornear y la sal. Agrega la mantequilla y mezcla con las manos o con un tenedor hasta obtener una textura arenosa. Este paso es importante porque la mantequilla debe quedar bien incorporada sin derretirse, lo que ayudará a que la masa quede crujiente pero suave por dentro. Luego añade los huevos, el jugo de limón y el aguardiente o esencia de anís. Comienza a incorporar poco a poco el agua tibia con especias, mezclando con las manos hasta formar una masa uniforme. Si notas que la masa está demasiado seca, agrega una o dos cucharadas adicionales del agua con especias; si está demasiado húmeda, espolvorea un poco más de harina. La textura final debe ser suave, ligeramente pegajosa y elástica. Forma una bola con la masa, cúbrela con un paño limpio o con plástico de cocina y deja reposar entre 30 minutos y 1 hora a temperatura ambiente. Este reposo permite que la harina se hidrate y la masa sea más manejable. Si quieres intensificar el sabor, puedes añadir una pizca extra de canela o anís molido durante el amasado.
- Extender y formar los pristiños: Después del reposo, divide la masa en dos partes para trabajarla más fácilmente. Coloca una porción sobre una superficie ligeramente enharinada y estírala con un rodillo hasta que quede una lámina delgada, de unos 2 o 3 milímetros de grosor. Corta la masa en tiras de unos 3 centímetros de ancho y entre 15 y 20 centímetros de largo. Luego, en uno de los lados de cada tira, haz varios cortes pequeños de medio centímetro, sin llegar hasta el borde opuesto, para crear los flecos característicos. Une los extremos de la tira formando un aro o corona, dejando los flecos hacia afuera, y presiona bien para sellar. Coloca los pristiños formados sobre una bandeja o superficie enharinada y cúbrelos con un paño mientras terminas de dar forma al resto. Es importante que todos estén del mismo grosor para que se frían de manera uniforme.
- Freír los pristiños: Calienta abundante aceite en una sartén profunda o cacerola. La temperatura ideal es de unos 170 a 180 °C; si no tienes termómetro, puedes probar introduciendo un pequeño trozo de masa: si sube rápidamente y burbujea, el aceite está listo. Fríe los pristiños por tandas, con cuidado de no sobrecargar la sartén, y voltéalos para que se doren por ambos lados. Cuando estén dorados y crujientes, retíralos con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Los pristiños deben quedar crujientes por fuera y suaves por dentro. Si los prefieres más ligeros, puedes hornearlos a 190 °C durante unos 15 a 18 minutos, barnizados con huevo batido; al sacarlos, pincélalos con mantequilla derretida para suavizar su textura.
- Preparar la miel de panela: En una olla coloca el agua junto con la panela rallada, la rama de canela, los clavos, la cáscara de naranja o limón y el jugo de limón. Lleva a fuego medio, revolviendo constantemente hasta que la panela se disuelva por completo. Luego reduce el fuego y deja cocinar a fuego lento durante unos 15 a 20 minutos, hasta que la mezcla adquiera una consistencia de miel ligera y brillante. Durante la cocción puedes agregar cáscara de piña o una hoja de naranjo agrio para un sabor más tradicional, como se hace en algunas regiones del Ecuador. Una vez que tenga la textura deseada, cuela la miel para retirar las especias y mantenla tibia hasta el momento de servir.
- Servir los pristiños: Coloca los pristiños calientes en una fuente y báñalos con abundante miel de panela recién hecha. También puedes acompañarlos con dulce de higos, que combina perfectamente con su textura y sabor especiado. Si lo deseas, espolvorea por encima un poco de canela molida o azúcar para darles un toque final. Se disfrutan mejor tibios, recién fritos, cuando aún están crujientes. Puedes conservarlos en un recipiente hermético y recalentarlos ligeramente antes de servir. La miel se puede guardar aparte y calentar antes de usar.