Pupusas de loroco

Pupusas de loroco
Receta de Pupusas de loroco

Las pupusas de loroco son un ícono de la gastronomía salvadoreña, reconocidas por su sabor único y aroma inconfundible. Esta receta combina el delicado quesillo con la flor de loroco, una planta típica de El Salvador que aporta un toque herbáceo, ligeramente amargo y muy aromático. El contraste entre la suavidad del queso fundido y el sabor intenso de la flor hace de estas pupusas un platillo irresistible, ideal para compartir en familia o disfrutar en celebraciones tradicionales. Prepararlas en casa permite controlar la frescura de los ingredientes y mantener la autenticidad que caracteriza a las pupusas salvadoreñas.

El quesillo mezclado con la flor de loroco crea un relleno cremoso y lleno de matices que recuerda a vegetales como la acelga o el espárrago, con un toque floral y ligeramente ácido. Estas pupusas se sirven calientes, acompañadas de curtido salvadoreño y salsa de tomate tibia, potenciando el sabor de cada bocado. Descubre cómo preparar esta joya de la cocina salvadoreña y disfruta de un plato tradicional de El Salvador con ingredientes frescos y auténticos.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 30 minutos
  • Tiempo de cocinado: 20 minutos
  • Tiempo total: 50 minutos
  • Raciones: 12–14 pupusas grandes
  • Categoría: Plato principal
  • Tipo de cocina: Salvadoreña
  • Calorías por ración: 250 kcal

Ingredientes

  • 4 tazas de masa harina
  • 3 ½ a 4 tazas de agua tibia
  • 1 cucharadita de sal
  • 1 cucharada de aceite
  • 2 tazas de queso quesillo o queso mozzarella
  • 2 tazas de flores de loroco frescas o en salmuera
  • Aceite adicional para cocinar

Para acompañar (opcional)

  • Curtido salvadoreño
  • Salsa de tomate casera

Como hacer Pupusas de loroco

  1. Cocción y preparación del loroco: Cocina las flores de loroco en agua hirviendo durante unos minutos hasta que estén blandas, ya que este hervor suave elimina el amargor natural y realza su aroma. Después de cocidas, escúrrelas muy bien y déjalas enfriar totalmente antes de usarlas, porque si están calientes pueden humedecer demasiado el queso y hacer que el relleno se salga durante la cocción. En este paso es importante separar y usar solo las flores, dejando los tallos aparte porque éstos aportan un sabor más fuerte que no es tradicional en la pupusa.
  2. Preparar el relleno de queso con loroco: Mezcla el queso con las flores de loroco ya frías, presionando el queso con las manos o un tenedor para deshacer los pedazos grandes. La idea es obtener una mezcla uniforme y ligeramente verdosa, lo que garantiza que el relleno se distribuya bien en cada pupusa y no forme bolsas de aire. Es mejor no dejar trozos grandes porque pueden romper la masa al palmearlas, y si el loroco viene en salmuera procura escurrirlo totalmente para evitar que el relleno quede demasiado húmedo.
  3. Amasar la masa: Mezcla la masa harina con el agua tibia, la sal y el aceite hasta formar una masa suave y elástica, parecida a plastilina. Este punto es fundamental porque si la masa queda muy dura se abrirá al rellenarla, pero si queda demasiado blanda se pegará a las manos; por eso es recomendable agregar el agua de poco en poco hasta lograr que al presionar una porción los bordes no se agrieten. Una vez lista, deja reposar la masa unos minutos tapada con un paño húmedo para mantener la humedad ideal mientras trabajas.
  4. Formar los discos para rellenar: Toma una porción de masa del tamaño de una pelota de golf grande y humedece tus manos con agua o un poco de aceite para evitar que se pegue. Palmea la masa entre tus manos, rotándola suavemente para formar un disco grueso y parejo. Cuando tenga el tamaño adecuado, curva una de tus manos para formar una cavidad en el centro del disco, ya que esto permite colocar el relleno sin romper la masa. Es importante mantener los bordes gruesos en esta etapa para que la pupusa pueda cerrarse sin fisuras.
  5. Rellenar, cerrar y formar la pupusa: Coloca una porción generosa del relleno dentro de la cavidad del disco y presiona ligeramente para que quede compacto. Luego junta los bordes hacia el centro para encerrar el queso y sellar completamente la masa, formando de nuevo una bola. A partir de esta bola rellena, palméala con suavidad hasta obtener un disco más grande y del grosor típico de una pupusa. Si durante este paso notas que aparecen grietas, humedece tus manos nuevamente y sigue palmeando, ya que la humedad ayuda a suavizar la masa sin necesidad de agregar más agua.
  6. Cocinar las pupusas: Calienta un comal o plancha a fuego medio-alto y úntalo con unas gotas de aceite. Coloca las pupusas y cocínalas por varios minutos por cada lado, permitiendo que se doren suavemente y que el queso comience a burbujear sin que se salga demasiado. Es recomendable no moverlas constantemente para que el sellado se mantenga firme y la superficie quede uniforme. Sabrás que están listas cuando tomen un color dorado ligero y adquieran una textura ligeramente inflada, señal de que el interior está completamente derretido.
  7. Servir al estilo tradicional: Sirve las pupusas bien calientes para disfrutar al máximo el queso fundido y el aroma del loroco. Tradicionalmente se acompañan con curtido salvadoreño y salsa de tomate tibia, ya que la acidez del curtido equilibra la cremosidad del queso y resalta el sabor floral del loroco. Comerlas recién hechas es parte esencial de la experiencia, porque a medida que se enfrían pierden elasticidad y su textura cambia.