Quesadillas ecuatorianas

Quesadillas ecuatorianas
Receta de Quesadillas ecuatorianas

Las quesadillas ecuatorianas son uno de los dulces más tradicionales y representativos de la Sierra del Ecuador. A diferencia de las mexicanas, estas delicias quiteñas son pequeñas piezas de repostería con forma pentagonal, elaboradas con una masa suave y un relleno cremoso de queso, yemas y azúcar. Su textura ligera y su sabor dulce con un toque salado las han convertido en un ícono de la gastronomía quiteña, presente en cafeterías, panaderías y conventos del centro histórico de Quito y Cuenca.

La historia de las quesadillas quiteñas se remonta a la época colonial, cuando las monjas de clausura del Convento de Santa Clara perfeccionaron la receta que había llegado desde las Islas Canarias y Portugal, donde se preparaban pasteles de queso llamados “queijadas”. Con el tiempo, las religiosas adaptaron la receta usando ingredientes locales como el almidón de achira, creando las inconfundibles quesadillas ecuatorianas, una joya dulce que hoy sigue conquistando paladares generación tras generación.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 25 minutos
  • Tiempo de cocinado: 30 minutos
  • Tiempo total: 55 minutos
  • Raciones: 10 a 12 unidades
  • Categoría: Postres tradicionales
  • Tipo de cocina: Ecuatoriana
  • Calorías por ración: 280 kcal

Ingredientes

Para la masa

  • 250 g de harina de trigo
  • 3 huevos grandes
  • 3 cucharadas de mantequilla o margarina (a temperatura ambiente)
  • ½ cucharadita de sal
  • 1–2 cucharadas de agua (solo si la masa queda muy seca)
  • Harina adicional para estirar la masa

Para el relleno

  • 250 g de queso pura crema ecuatoriano rallado (o queso crema fresco y suave)
  • 500 g de azúcar impalpable (glas o en polvo)
  • 8 a 10 yemas de huevo
  • 30 g de almidón de achira (puede sustituirse por fécula de maíz)
  • 2 cucharadas de mantequilla derretida
  • 1 pizca de sal
  • Azúcar impalpable extra para espolvorear al final

Como hacer Quesadillas ecuatorianas

  1. Preparar la masa: Coloca la harina en un bol grande y forma un hueco en el centro. Añade los tres huevos, la mantequilla y la sal, y mezcla con las manos hasta que todos los ingredientes se integren. Amasa con movimientos suaves hasta obtener una masa firme pero elástica. Si notas que está muy seca, añade poco a poco una o dos cucharadas de agua. Cuando la masa esté uniforme, pásala a una superficie enharinada y amásala unos cinco minutos más, hasta que quede lisa y manejable. Este amasado da estructura a las obleas y permite que se horneen crujientes sin romperse. Cubre la masa con un paño limpio y déjala reposar unos quince minutos mientras preparas el relleno.
  2. Preparar el relleno de queso y yemas: En un recipiente amplio, bate las yemas de huevo junto con el azúcar impalpable hasta que la mezcla se vuelva cremosa y de un color amarillo claro. Añade el queso rallado y la mantequilla derretida, mezclando con una espátula o cuchara de madera hasta lograr una textura uniforme. Incorpora el almidón de achira y una pizca de sal, revolviendo bien para que no queden grumos. El relleno debe quedar espeso, brillante y ligeramente pastoso; al tocarlo con la cuchara, debe mantener la forma sin escurrirse. Esta consistencia es clave: el relleno no debe ser líquido, ya que en el horno se cuaja y adquiere esa textura firme y cremosa típica de las quesadillas quiteñas.
  3. Formar las obleas: Divide la masa en porciones pequeñas, formando unas 10 a 12 bolitas. Coloca una de ellas sobre una superficie ligeramente enharinada y, con la ayuda de un rodillo, estírala hasta obtener un círculo delgado de unos 12 a 15 cm de diámetro. Es importante usar suficiente harina para evitar que se pegue, ya que la masa es muy suave. El grosor ideal es de unos pocos milímetros: si queda muy gruesa, la masa dominará el sabor del relleno; si es muy fina, podría romperse al formar la quesadilla. Repite el proceso con el resto de las porciones y mantenlas cubiertas para que no se sequen.
  4. Rellenar y formar las quesadillas: Coloca una cucharada generosa del relleno en el centro de cada círculo de masa y extiéndelo suavemente con una cuchara, dejando un borde limpio de aproximadamente dos centímetros. Para darles su forma tradicional, levanta cinco puntos equidistantes del borde hacia el centro y presiona ligeramente para que se adhieran, formando un pentágono con el relleno visible en el medio. Esta forma, que recuerda a una estrella, evita que el relleno se derrame durante la cocción y da a las quesadillas su aspecto característico. Acomoda cada pieza sobre una bandeja cubierta con papel de horno. No es necesario pincelarlas con huevo: el dorado natural lo aporta el azúcar y las yemas en el relleno.
  5. Hornear: Precalienta el horno a 180 °C (350 °F) y coloca la bandeja en la parte media. Hornea las quesadillas durante unos 25 a 30 minutos, o hasta que veas que los bordes están ligeramente dorados y el centro inflado. Durante el horneado, las quesadillas se elevarán un poco y luego bajarán al enfriarse, lo cual es completamente normal. No las sobrehornees, ya que el interior debe conservar una textura cremosa y húmeda. Si usas horno eléctrico, revisa a los 20 minutos y gíralas si notas que se doran demasiado rápido.
  6. Servir y disfrutar: Retira las quesadillas del horno y déjalas enfriar unos minutos sobre una rejilla para que la base se mantenga crujiente. Una vez tibias, espolvorea con azúcar impalpable y sírvelas acompañadas de un chocolate espeso o un café pasado, como dicta la costumbre quiteña. Pueden conservarse en un recipiente hermético a temperatura ambiente por hasta tres días, y recuperan su textura si se calientan unos minutos en el horno antes de servir.