Alfajores cordobeses
Los alfajores son la golosina más querida de la argentina, y dentro de su enorme variedad regional, los alfajores cordobeses ocupan un lugar privilegiado por su identidad y sabor inconfundible. Pequeños, delicados y cubiertos por una fina capa de glasé blanco, estos dulces se distinguen por su textura suave y su equilibrio justo de dulzor. Elaborados de manera artesanales, forman parte de la tradición repostera de Córdoba y se encuentran desde antiguas confiterías hasta puestos serranos, manteniendo una receta que atraviesa generaciones.
Esta versión original se caracteriza por tapitas claras y tiernas, un relleno clásico de dulce de membrillo o dulce de leche, y un baño de glasé que se seca lentamente, aportando brillo y conservación. Con ingredientes simples y técnicas cuidadas, los alfajores cordobeses representan una de las expresiones más auténticas de la repostería regional argentina, ideales tanto para disfrutar en casa como para compartir en celebraciones y momentos especiales.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 45 minutos
- Tiempo de cocinado: 8 minutos
- Tiempo total: 1 hora 53 minutos
- Raciones: 20 alfajores
- Categoría: Repostería
- Tipo de cocina: Argentina
- Calorías por ración: 280 kcal
Ingredientes
Para las tapitas
- 115 g de manteca sin sal
- 100 g de azúcar común
- 70 g de miel
- 1 huevo
- 2 yemas
- 210 g de harina 0000
- 180 g de fécula de maíz
- 2,5 g de polvo de hornear
- 1 pizca de sal
- Ralladura de 1 limón
Para el relleno
- 400–500 g de dulce de membrillo o dulce de leche
Para el glasé
- 300 g de azúcar impalpable
- 50 ml de agua o jugo de limón
Como hacer Alfajores cordobeses
- Cremado de la base: Colocá la manteca en un bol y batila hasta que esté blanda y homogénea. Agregá el azúcar y la miel y continuá batiendo hasta obtener una crema pareja y ligeramente más clara. No es necesario incorporar aire como en un bizcochuelo; el objetivo es integrar bien los ingredientes para lograr una masa tierna.
- Incorporación de los huevos: Sumá el huevo y luego las yemas, mezclando bien después de cada adición hasta integrar por completo. En este punto, incorporá la ralladura del limón directamente sobre la preparación para aprovechar mejor sus aceites naturales. Si la mezcla parece cortada o separada, no es un problema: al agregar los ingredientes secos se unificará sin inconvenientes.
- Integración de los secos: En otro recipiente mezclá la harina, la fécula de maíz, el polvo de hornear y la sal. Incorporá esta mezcla al batido en una sola vez y uní suavemente con espátula o cornet. Evitá amasar; la masa debe unirse apenas para no desarrollar gluten y conservar la textura delicada típica de los alfajores cordobeses.
- Estirado y reposo en frío: Colocá la masa entre dos hojas de papel manteca o film y estirala hasta lograr un espesor parejo de aproximadamente 4 mm. Transferila a una placa y llevála a la heladera durante una hora. Este reposo permite que la manteca se solidifique y la harina se hidrate, facilitando el corte y evitando deformaciones en el horno.
- Corte de las tapitas: Retirá la masa fría de la heladera y cortá discos de 5 cm de diámetro. Reuní los recortes, estiralos nuevamente con cuidado y repetí el proceso, procurando manipular la masa lo menos posible. Si notás que pierde firmeza, devolvela unos minutos al frío antes de continuar.
- Cocción: Disponé las tapitas en una placa forrada, dejando espacio entre ellas ya que crecen levemente. Llevá a horno precalentado a 180 °C y cociná entre 6 y 8 minutos. Las tapitas deben quedar claras en la superficie y apenas doradas en la base; si toman color arriba, perderán la suavidad característica. Retirá del horno y dejá enfriar completamente sobre rejilla.
- Preparación del relleno: Colocá el dulce de membrillo en un bol y trabajalo con un tenedor hasta obtener una textura cremosa. Si estuviera muy firme, podés calentarlo suavemente con una pequeña cantidad de agua para ablandarlo, procurando que mantenga cuerpo, ya que es un relleno que debe sostener la estructura del alfajor.
- Armado de los alfajores: Distribuí el dulce de membrillo sobre una tapita y cubrí con otra, presionando suavemente. Emparejá los bordes con una espátula o cuchillo para que queden prolijos y completamente cubiertos de relleno. Este paso es clave para que el glasé fluya de manera uniforme y no se acumule en el centro.
- Preparación del glasé: Colocá el azúcar impalpable en un bol y agregá de a poco el agua o jugo de limón tibio, mezclando constantemente hasta obtener un glasé fluido pero espeso. Es importante incorporar siempre el líquido sobre el azúcar y no al revés, ya que el azúcar absorbe rápidamente la humedad y permite controlar mejor la consistencia.
- Bañado y secado: Sumergí cada alfajor en el glasé con ayuda de dos tenedores, asegurándote de que quede completamente cubierto. Dejá escurrir el excedente y apoyalos sobre papel manteca o rejilla. Permití que se sequen entre 8 y 24 horas, moviéndolos suavemente de lugar cada tanto para evitar que se adhieran a la base y lograr un secado parejo.