Arepa andina
La arepa andina es una preparación emblemática de la gastronomía venezolana, originaria de la región de Los Andes, especialmente de los estados Trujillo, Táchira y Mérida. A diferencia de la arepa tradicional de maíz, esta variante se elabora con arepa de harina de trigo, lo que le otorga una textura más suave y un delicado toque dulce. Presente en desayunos y meriendas, suele acompañarse con mantequilla, queso, café o chocolate caliente, formando parte de la vida cotidiana andina desde hace generaciones.
El origen de las arepas andinas está estrechamente ligado a la historia colonial venezolana, cuando el trigo solo logró cultivarse con éxito en las zonas frías de los Andes. Esta condición permitió el desarrollo de una tradición panadera única en el país, que se mantiene viva hasta hoy. Preparadas para varios días y calentadas al momento de servir, las arepas andinas reflejan la adaptación culinaria de una región y su profundo vínculo con el territorio, el clima y la memoria gastronómica de Venezuela.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 30 minutos
- Tiempo de cocinado: 20 minutos
- Tiempo total: 50 minutos
- Raciones: 8 arepas
- Categoría: Panadería tradicional
- Tipo de cocina: Venezolana
- Calorías por ración: 260 kcal
Ingredientes
- 3¼ tazas de harina de trigo todo uso (420 g)
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- 1 cucharadita de sal
- 2 cucharadas de azúcar
- 2 cucharadas de mantequilla sin sal
- 1 huevo
- ¾ a 1 taza de leche tibia o agua
- 1 cucharada de aceite o mantequilla (para el budare o sartén)
Como hacer arepa andina
- Mezcla base de harina: Coloca la harina en un bol amplio y tamízala junto con el polvo de hornear para airearla y evitar grumos. Incorpora la sal y el azúcar y mezcla bien. Este paso es importante para que la arepa quede pareja y suave, ya que una mala distribución del polvo de hornear puede afectar la cocción y la textura final.
- Incorporación de los ingredientes húmedos: Haz un hueco en el centro de la harina y añade la mantequilla y el huevo. Comienza a integrar lentamente desde el centro hacia afuera, agregando la leche poco a poco. La cantidad exacta de leche puede variar, por lo que es importante incorporarla gradualmente hasta obtener una masa blanda y ligeramente pegajosa, pero que se pueda manipular sin dificultad.
- Amasado y desarrollo de la masa: Pasa la masa a una superficie ligeramente enharinada y amasa durante unos minutos, presionando y doblando suavemente hasta que se vuelva lisa, elástica y homogénea. No es necesario un amasado intenso; el objetivo es integrar bien los ingredientes sin endurecer la masa, ya que las arepas andinas deben quedar tiernas.
- Reposo para una textura suave: Forma una bola con la masa y colócala nuevamente en el bol. Cúbrela con un paño limpio y déjala reposar al menos 20 a 30 minutos a temperatura ambiente. Durante este tiempo el gluten se relaja, lo que facilitará el estirado y dará como resultado arepas más suaves. No esperes que la masa crezca; ese comportamiento es normal en esta receta.
- Estirado y formado de las arepas: Espolvorea un poco de harina sobre la mesa y estira la masa con un rodillo hasta obtener un grosor aproximado de medio a un centímetro. Corta círculos del tamaño deseado utilizando una taza o vaso. Si lo deseas, puedes pinchar ligeramente la superficie con un tenedor para evitar que se inflen demasiado durante la cocción, una técnica tradicional en muchas cocinas andinas.
- Cocción en budare o sartén: Calienta un budare, plancha o sartén a fuego medio-bajo y unta ligeramente la superficie con aceite o mantequilla usando una servilleta. Coloca las arepas dejando espacio entre ellas y cocínalas durante varios minutos por cada lado, hasta que se doren y aparezcan pequeñas manchas tostadas. Es importante no usar fuego alto para que se cocinen por dentro sin quemarse. Estas arepas se asan o se hornean, nunca se fríen.
- Servicio y conservación: Retira las arepas del fuego y sírvelas calientes, abiertas y untadas con mantequilla o rellenas con queso andino, cuajada o nata. Si no se consumen de inmediato, pueden conservarse bien tapadas en la nevera hasta por tres días y recalentarse en sartén, recuperando su textura original sin necesidad de aceite adicional.