Cazuela chilena de vacuno
La cazuela chilena es uno de esos platos que abrazan el alma: humeante, generosa y llena de verduras que iluminan el caldo con colores de verano e invierno. Su historia y origen se remontan a la cocina familiar, donde una pieza de carne de vacuno se cocina lentamente junto a papas, zapallo, choclo y hierbas que perfuman toda la casa. Cada región y cada hogar aporta su toque propio, desde quienes prefieren un caldo más puro hasta quienes incorporan arroz para darle cuerpo o chuchoca para espesar de forma tradicional. Esta variedad convierte a la cazuela de vacuno en un símbolo de identidad gastronómica y en una receta buscada tanto por chilenos como por quienes desean conocer sabores auténticos.
Hoy, la cazuela chilena sigue siendo un plato reconfortante que se disfruta todo el año, perfecto para días fríos pero igualmente apreciado en temporadas cálidas gracias a sus verduras frescas. Servida con pebre, pan y una mesa llena de conversación, es una comida equilibrada, nutritiva y profundamente casera, ideal para compartir en familia. Su sabor, su tradición y su sencillez la convierten en una receta imprescindible para quienes buscan cocina chilena real y memorable.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 20 minutos
- Tiempo de cocinado: 1 hora y 10 minutos
- Tiempo total: 1 hora y 30 minutos
- Raciones: 4 porciones
- Categoría: Platos principales
- Tipo de cocina: Cocina chilena
- Calorías por ración: 520 kcal
Ingredientes
- 1 ½ kg de asado de tira, sobrecostilla u osobuco (con hueso)
- 4 papas medianas
- 4 trozos de zapallo camote
- 4 mitades de choclo
- 1 taza de porotos verdes
- 1 zanahoria
- ½ cebolla
- ½ pimentón rojo
- 1–2 dientes de ajo
- 1 ramita de apio
- ½ taza de arroz
- ½ cucharadita de comino
- ½ cucharadita de orégano
- 1 cucharadita de paprika o ají de color (opcional)
- Sal y pimienta al gusto
- 1 cucharada de aceite
- 2 litros de agua caliente
- Cilantro o perejil para servir
Como hacer Cazuela chilena de vacuno
- Sellado de la carne: Calienta una olla grande a fuego medio-alto con el aceite y coloca los trozos de carne para dorarlos por todos sus lados, lo que ayuda a lograr un caldo profundo y sabroso. Mientras se sellan, añade sal y pimienta para que la carne comience a tomar sabor desde el inicio. Este sellado es importante porque potencia el aroma y color del caldo final, así que intenta no saltarte este paso. Cuando esté bien dorada, retírala momentáneamente de la olla.
- Sofrito base aromático: En la misma olla aprovecha el fondo que dejó la carne y agrega la cebolla previamente cortada en pluma, el pimentón en tiras, la zanahoria en rodajas o juliana, los dientes de ajo enteros, el comino, el orégano y la paprika si decides usarla. Sofríe todo durante unos minutos hasta que la cebolla esté blanda y aromática. Este sofrito aportará una base más redonda y casera al caldo, y permite integrar mejor las especias sin que queden crudas en la preparación.
- Formación del caldo y cocción inicial: Devuelve la carne a la olla junto con el sofrito y cúbrela con el agua caliente. Añade la ramita de apio y deja que el conjunto hierva a fuego medio-bajo durante unos 35 a 40 minutos o hasta que la carne esté blanda. Durante esta etapa es recomendable retirar la espuma que se forma en la superficie para obtener un caldo más limpio, como se hace tradicionalmente. Este hervor lento permite que el hueso libere su sabor y el caldo se vuelva más intenso.
- Incorporación de verduras firmes y arroz: Cuando la carne ya esté tierna, agrega las papas enteras y peladas, además del arroz directamente al caldo, removiendo suavemente para que no se pegue en el fondo. Esta es la etapa en que se suman las verduras más firmes porque requieren mayor tiempo de cocción. Cocina durante unos 10 minutos, procurando no revolver demasiado para evitar que las papas se rompan. El arroz irá absorbiendo parte del caldo, dando cuerpo a la cazuela sin volverla espesa.
- Agregado del zapallo y del choclo: Pasados los 10 minutos, añade los trozos de zapallo y las mitades de choclo procurando que queden sumergidos en el caldo. Estos ingredientes aportan dulzor natural y espesor, por lo que son característicos de la cazuela tradicional. Cocina otros 10 minutos verificando siempre que las papas y el arroz sigan en buena forma y que el caldo mantenga una textura equilibrada. Si ves que el caldo reduce demasiado, puedes agregar un poco más de agua caliente.
- Últimas verduras y verificación final: Incorpora ahora los porotos verdes previamente cortados en tiras y cocina unos 5 minutos adicionales, lo suficiente para que queden tiernos pero no pasados. En este momento revisa la sal del caldo y corrige si es necesario. Si alguna verdura se cocina antes que las demás, puedes retirarla temporalmente para evitar que se deshaga y volver a agregarla al final, una técnica común en la preparación tradicional. Asegúrate también de que el zapallo mantenga su forma y que el arroz esté cocido pero no deshecho.
- Reposo y servicio al estilo chileno: Una vez que todo esté en su punto, apaga el fuego y deja reposar la cazuela durante unos minutos para que los sabores se asienten y el caldo tome una mayor profundidad. Para servir, coloca en cada plato un trozo de carne, una papa, un pedazo de zapallo, una mitad de choclo, porotos verdes, un poco de arroz y suficiente caldo caliente. Finaliza espolvoreando cilantro o perejil picado, lo que aporta frescura a cada plato. Se recomienda acompañar con pan amasado o marraqueta, e incluso unas gotas de limón si te gusta darle un toque de brillo.