Chilindrón de chivo

Chilindrón de chivo tradicional cubano
Receta de chilindrón de chivo

El Chilindrón de Chivo es un plato emblemático de la cuba rural, donde la cocina de campo ha sabido conservar recetas que hoy resultan cada vez más difíciles de encontrar en la mesa cotidiana. Preparado con una base de salsa roja intensa, elaborada a partir de tomates, pimientos rojos y abundante ajo, este guiso destaca por su sabor profundo y su cocción lenta. Aunque es una receta sencilla, requiere atención en los detalles para lograr un resultado auténtico, fiel a la tradición y lleno de carácter, tal como se ha hecho durante generaciones a lo cubano.

Esta preparación tiene raíces en la cocina española, especialmente en Aragón, donde nacen platos como el cordero o el pollo al chilindrón, pero en el Caribe evolucionó con identidad propia. En puerto rico y la republica dominicana existen versiones cercanas, mientras que en Cuba el chivo se adoba y cocina con paciencia, a veces incluso acompañado de cerveza en variantes caseras. Compartir esta receta es una forma de preservar una tradición que merece seguir viva.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 45 minutos
  • Tiempo de cocinado: 2 horas
  • Tiempo total: 2 horas y 45 minutos
  • Raciones: 6
  • Categoría: Plato principal
  • Tipo de cocina: Cubana tradicional
  • Calorías por ración: 520 kcal

Ingredientes

  • 3 kg (6 libras) de carne de chivo
  • 1 naranja agria
  • 1/2 taza de aceite vegetal u oliva
  • 2 cebollas grandes
  • 2 ajíes pimientos rojos
  • 2 ajíes verdes
  • 10 dientes de ajo
  • 5 tomates maduros
  • 1 taza de puré de tomate
  • 2 hojas de laurel
  • 1/2 cucharadita de comino molido
  • 1 ají picante seco (opcional)
  • 1 cucharada de harina de trigo
  • 300 ml de vino tinto o vino seco
  • 1 taza de caldo de carne
  • Sal al gusto
  • Pimienta al gusto

Como hacer Chilindrón de chivo

  1. Limpieza, adobo y reposo del chivo: Lava bien la carne de chivo, retira la mayor cantidad posible de grasa y frótala completamente con el jugo de la naranja agria. Déjala reposar durante al menos 30 minutos para suavizar el sabor fuerte característico. Pasado ese tiempo, enjuágala ligeramente, sécala con un paño y sazónala con sal, pimienta y el comino, mezclando bien para que el adobo penetre. Este paso es esencial en la tradición cubana para equilibrar el sabor del chivo.
  2. Sellado previo para concentrar sabor: Espolvorea ligeramente la carne con la harina y sacude el exceso. En una cazuela grande calienta el aceite a fuego medio-alto y sella el chivo por tandas, dorándolo bien por todos sus lados. Este sellado evita que la carne se desangre, mejora la textura final y ayuda a que la salsa quede naturalmente espesa. Retira la carne y resérvala, conservando el fondo de cocción.
  3. Sofrito cubano tradicional: En la misma cazuela sofríe los ajos machacados hasta que desprendan su aroma. Añade las cebollas y los ajíes pimientos, cortándolos en el momento, y cocina a fuego medio hasta que estén bien suaves y fragantes. Incorpora el ají picante seco si se desea un punto de picor, cuidando siempre que el sofrito no se queme para preservar su dulzor natural.
  4. Tomate y base del chilindrón: Agrega los tomates pelados y picados en el momento junto con el puré de tomate. Cocina a fuego bajo hasta que la salsa esté bien concentrada, de color rojo natural y sin acidez marcada. Incorpora el laurel, ajusta de sal y pimienta y mezcla bien para que el tomate se convierta en la base profunda y brillante del guiso, como manda la tradición cubana.
  5. Cocción lenta del chivo: Devuelve la carne sellada a la cazuela y mézclala cuidadosamente con la salsa. Añade el caldo de carne y la mitad del vino, tapa la olla y cocina a fuego muy bajo durante una hora y media a dos horas, removiendo ocasionalmente para evitar que se pegue. Si la salsa espesa demasiado, añade pequeñas cantidades de caldo caliente para mantenerla ligada.
  6. Vino final y reposo: Cuando la carne esté muy blanda y la salsa bien trabada, incorpora el resto del vino y deja hervir suavemente unos minutos para integrarlo sin que se evapore por completo. Apaga el fuego, tapa la olla y deja reposar al menos 10 minutos antes de servir, permitiendo que el chilindrón termine de asentarse y alcance su punto ideal. En Cuba es común, si se desea, deshuesar la carne en este momento y servirla como chivo ripiao.