Domplinas venezolanas
Las domplinas venezolanas son unas tortas de masa sencillas y sabrosas que se fríen en sartén y se consumen como cualquier pan del día a día. Elaboradas a base de harina de trigo, forman parte de la cocina popular y casera del país, ideales para el desayuno o la merienda. Recién hechas destacan por su textura suave y su aroma irresistible, perfectas para acompañar con queso, mantequilla o preparaciones dulces, aunque con el paso de las horas siguen siendo agradables, aun perdiendo parte de su encanto inicial.
En cuanto a su origen, se vinculan con los “dumplings” británicos, masas que llegaron al Caribe y se difundieron por Venezuela a través del oriente del país. En regiones orientales, especialmente en Sucre, existe una versión de mayor tamaño, más tostada y también preparada asada. Sin embargo, las más populares siguen siendo las fritas, sencillas, económicas y profundamente arraigadas en la tradición culinaria venezolana.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 20 minutos
- Tiempo de cocinado: 20 minutos
- Tiempo total: 40 minutos
- Raciones: 20 unidades
- Categoría: Pan y masas fritas
- Tipo de cocina: Venezolana
- Calorías por ración: 180 kcal
Ingredientes
- 320 g de harina de trigo
- 2 cucharaditas de polvo de hornear
- 165 ml de agua o leche
- 25 g de mantequilla
- 8 g de azúcar
- 4 g de sal
- 1 cucharada de aceite vegetal
- Abundante aceite vegetal para freír
Como hacer Domplinas venezolanas
- Mezclado inicial de los ingredientes secos: Coloca la harina en un recipiente amplio y añade el polvo de hornear, el azúcar y la sal. Mezcla bien todos los ingredientes secos para que queden perfectamente integrados, ya que esto garantiza un levado parejo y evita sabores desbalanceados en la masa final.
- Incorporación de los ingredientes líquidos: Forma un hueco en el centro de la harina y añade la mantequilla previamente derretida de forma suave, procurando que no esté caliente. Incorpora también el agua o la leche tibia y la cucharada de aceite vegetal. Comienza a mezclar desde el centro hacia afuera con una cuchara o tenedor, integrando poco a poco la harina hasta obtener una masa espesa.
- Amasado y ajuste de la textura: Cuando la mezcla ya no pueda trabajarse con utensilios, continúa con las manos limpias. Amasa durante varios minutos hasta lograr una masa suave, homogénea y ligeramente elástica, que no se pegue ni al recipiente ni a los dedos. Si la notas muy seca puedes añadir pequeñas cantidades de líquido; si está demasiado blanda, espolvorea un poco más de harina sin excederte.
- Reposo de la masa: Forma una bola con la masa, colócala en el mismo recipiente y cúbrela con un paño de cocina limpio. Déjala reposar entre una y dos horas para que la masa se relaje y las domplinas queden más esponjosas. En climas calurosos, este reposo puede hacerse en la nevera para evitar que la masa se ablande en exceso.
- División y formado de las domplinas: Una vez transcurrido el reposo, divide la masa en porciones iguales. Para un resultado uniforme, puedes pesar la masa total y dividirla en unas veinte partes. Forma bolas con cada porción y luego aplástalas con la palma de la mano hasta obtener discos de grosor medio, procurando que no queden ni muy finos ni demasiado gruesos.
- Fritura controlada: Calienta abundante aceite vegetal en una sartén amplia a fuego medio, cuidando que no llegue a humear. Coloca las domplinas de dos en dos para no bajar la temperatura del aceite. Al entrar en contacto con el calor se inflarán ligeramente; déjalas dorar por un lado, voltéalas una sola vez y continúa la cocción hasta que estén bien doradas y cocidas por dentro.
- Escurrido y servicio: Retira las domplinas de la sartén y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Se sirven inmediatamente, ya que recién hechas es cuando tienen su mejor textura y sabor. Tradicionalmente se acompañan con mantequilla, queso o mermelada, aunque también pueden consumirse solas.