Empolvados chilenos
Los empolvados chilenos son un dulce chileno clásico de textura blanda y sabor delicado, elaborado a base de huevos, harina y maicena, y tradicionalmente relleno con manjar. Su nombre proviene del abundante baño de azúcar flor que los cubre por completo, dándoles su aspecto característico. A diferencia de otros dulces similares, los empolvados destacan por su preparación facil, rápida y con pocos ingredientes, lo que los convierte en una receta ideal para celebraciones, visitas inesperadas o mesas dulces típicas chilenas durante todo el año.
La historia de los empolvados está profundamente ligada a La Ligua, localidad reconocida como capital de los dulces tradicionales en Chile. Desde la década de 1930, su receta se fue transmitiendo entre familias pasteleras, dando lugar a múltiples variantes sin perder su esencia. Este origen artesanal explica la diversidad de texturas y tamaños que existen hoy, manteniendo siempre el sello de la pastelería chilena: sencillez, tradición y sabor casero.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 25 minutos
- Tiempo de cocinado: 10 minutos
- Tiempo total: 35 minutos
- Raciones: 12 empolvados
- Categoría: Repostería tradicional
- Tipo de cocina: Cocina chilena
- Calorías por ración: 280 kcal
Ingredientes
- 6 huevos a temperatura ambiente
- 180 g de azúcar granulada
- 120 g de harina sin polvos de hornear
- 60 g de maicena (o chuño)
- 2 cucharaditas de polvos de hornear
- Manjar para rellenar
- Azúcar flor para espolvorear
Como hacer empolvados chilenos
- Preparación inicial y horno: Precalienta el horno a 180 °C y deja lista una lata de horno con papel mantequilla. Si quieres empolvados parejos, en este punto puedes dibujar círculos guía sobre el papel, dejando siempre espacio entre ellos, ya que la mezcla se expande levemente al hornearse. Tener todo preparado antes de comenzar es clave, porque una vez lista la mezcla debe usarse de inmediato para no perder aire.
- Separar los huevos: Separa cuidadosamente las claras de las yemas en dos recipientes distintos. Este paso debe hacerse con atención, ya que cualquier resto de yema en las claras impedirá que monten correctamente. Aunque separemos los huevos fríos porque es más fácil, es importante que las claras estén a temperatura ambiente al momento de batir para lograr mayor volumen.
- Batido de claras y formación del merengue: Bate las claras hasta que comiencen a verse blancas y espumosas, luego agrega el azúcar granulado poco a poco, en forma de lluvia, sin dejar de batir. Continúa batiendo hasta obtener un merengue firme, brillante y sedoso, donde al frotar un poco entre los dedos no se sientan granos de azúcar. Este punto es fundamental, ya que el aire incorporado aquí es lo que dará la textura liviana y clásica del empolvado.
- Incorporación de yemas: Bate ligeramente las yemas solo para romper su estructura y agrégalas al merengue de a una, batiendo a velocidad media hasta integrarlas. No es necesario batir en exceso; basta con que la mezcla quede homogénea y aireada.
- Integración de ingredientes secos: Mezcla la harina, la maicena y los polvos de hornear, y tamízalos directamente sobre el batido. Incorpora los secos en dos o tres tandas usando una espátula, con movimientos envolventes y suaves, cuidando de no presionar ni revolver de más. Es normal que la mezcla pierda un poco de volumen en este paso, pero debe quedar lisa, esponjosa y sin grumos.
- Formado de las tapas: Pasa la mezcla a una manga pastelera con boquilla lisa o utiliza una cuchara si lo prefieres. Forma montoncitos o discos sobre la lata preparada, procurando que tengan una leve altura y un tamaño similar entre sí. Mantén distancia entre cada uno, ya que crecerán ligeramente durante la cocción.
- Horneado: Lleva la lata al horno y hornea entre 8 y 12 minutos, dependiendo del tamaño de los empolvados. Deben quedar apenas dorados por la base y muy levemente coloreados en los bordes, sin tomar color en la superficie. Un horneado excesivo los secará, por lo que es recomendable vigilarlos desde el minuto 7, considerando que cada horno puede comportarse distinto.
- Enfriado y desmolde: Retira del horno y deja enfriar completamente sobre una rejilla. Una vez fríos, despréndelos con cuidado del papel mantequilla ayudándote con un cuchillo si es necesario. Es importante que estén totalmente fríos antes de rellenar, para evitar que el manjar se derrita o humedezca las tapas.
- Relleno con manjar: Empareja las tapas por tamaño y coloca una cantidad generosa de manjar en una de las caras planas. Cubre con otra tapa presionando suavemente para formar el clásico sándwich. La cantidad de manjar debe ser suficiente para notarse, pero sin rebalsar en exceso.
- Empolvado final: Coloca abundante azúcar flor en una bolsa plástica limpia. Introduce los empolvados de a uno, cierra la bolsa y sacude suavemente hasta que queden completamente cubiertos por todos lados. Retira cada uno, sacude el exceso y colócalos en la bandeja de presentación. Este paso final es el que da nombre y carácter al dulce, por lo que no debe hacerse con poca azúcar.