Erizos con salsa verde
Los erizos de mar siempre han despertado curiosidad: su aspecto espinoso y su interior suave en tonos anaranjados ocultan un sabor que ha convertido a este fruto de mar en un verdadero manjar costero. En Chile, donde esta tradición se mantiene viva, las lenguas de erizo se disfrutan frescas y apenas acompañadas para resaltar su textura cremosa y su sabor marino profundo. La preparación conocida como erizos con salsa verde combina limón, cebolla y hierbas frescas para crear un contraste vibrante que potencia el carácter del erizo sin opacarlo, convirtiendo este plato en una entrada gourmet perfecta para quienes buscan sabores intensos y auténticos.
A lo largo del litoral chileno, esta receta es apreciada tanto por su simplicidad como por su potencia aromática. Servidos fríos y bañados en una salsa verde recién mezclada, los erizos revelan un equilibrio ideal entre acidez, frescura y dulzor natural. Ya sea sobre tostadas, pan crujiente o disfrutados directamente del plato, los erizos con salsa verde destacan como una de las formas más tradicionales y deliciosas de saborear el mar en su estado más puro.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 15 minutos
- Tiempo de cocinado: 0 minutos
- Tiempo total: 15 minutos
- Raciones: 1 porción
- Categoría: Entrante
- Tipo de cocina: Chilena
- Calorías por ración: 110 kcal
Ingredientes
- 150–200 g lenguas de erizo frescas
- 1/2 cebolla
- 1 puñado cilantro
- Jugo de 2 limones
- 1 chorrito aceite de oliva
- Sal
- Pimienta
Como hacer Erizos con Salsa Verde
- Preparar y limpiar las lenguas de erizo: Coloca las lenguas de erizo en un colador y enjuágalas suavemente bajo un hilo de agua fría para retirar cualquier resto marino sin romper su textura. Luego pásalas al plato o fuente donde se servirán, y rocíalas con un poco del jugo de limón para comenzar a fijar su sabor. Este toque inicial ayuda a equilibrar el sabor salino sin “cocinarlas” demasiado, ya que el erizo es muy delicado y responde rápido al ácido. Si prefieres un sabor más puro, usa solo unas gotas en esta etapa.
- Picar la cebolla y suavizar su intensidad: Toma la media cebolla y pícalas en brunoise muy fina, ya que los trozos pequeños se integran mejor sin opacar el sabor del erizo. Puedes dejarla reposar unos segundos con una pizca de sal o simplemente mezclarla directamente más adelante, pero siempre cuidando que quede bien fina, porque la cebolla gruesa domina el plato y pierde la delicadeza tradicional de la salsa verde que acompaña a los mariscos.
- Picar el cilantro y preparar la base de la salsa verde: Pica el cilantro del tamaño más fino que puedas, de manera que aporte frescor sin que queden hojas grandes que opaquen la textura suave del erizo. Colócalo en un bol junto con la cebolla picada, y mezcla con sal, pimienta y un chorrito de aceite de oliva. Este aceite es importante porque reduce la fuerza de la cebolla y equilibra el limón, haciendo que la salsa verde quede más aromática y menos agresiva. Si quieres un toque clásico costero, usa cilantro; si buscas un sabor más suave, el perejil también funciona.
- Montar los erizos con la salsa verde y agregar el limón final: Vierte la mezcla de cebolla y cilantro sobre las lenguas de erizo de manera abundante, cubriendo bien toda la superficie. Luego exprime el resto del jugo de limón sobre el plato justo antes de servir para que el ácido actúe de manera fresca y no termine “cocinando” demasiado al erizo. Si te gusta un ligero toque picante, puedes añadir una pizca de ají verde muy finamente picado en este momento, que aporta aroma sin restar protagonismo.
- Reposar brevemente y servir: Lleva el plato al refrigerador por unos 10–15 minutos para que los sabores se integren sin alterar la textura del erizo; este reposo es opcional, pero tradicional en varias preparaciones marinas. Si prefieres comerlo más fresco e intenso, puedes servirlo de inmediato. Acompáñalo con tostadas, galletas saladas o pan fresco, ya que estos soportes neutros realzan el sabor del erizo sin competir con la acidez del limón ni con el frescor de la salsa verde.