Kak’ik

Kak’ik guatemalteco tradicional
Receta de Kak’ik

Kak’ik es una sopa tradicional de Guatemala, originaria de la región de Alta Verapaz y especialmente representativa de Cobán, donde forma parte esencial de la identidad culinaria guatemalteca. Este plato original, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial, destaca por su intenso color rojo gracias al achiote y por el uso del chile cobanero, ingrediente que aporta el picor que define su carácter ancestral. Preparado desde tiempos prehispánicos, su historia está profundamente ligada a rituales mayas en los que el pavo —considerado símbolo de abundancia— era ofrecido a los ancestros. Hoy continúa siendo un emblema de la gastronomía local y uno de los caldos más apreciados del país.

Su sabor combina un caldo aromático con tomates, miltomates y especias que enriquecen la carne oscura del chompipe, aunque en algunas variantes se utiliza gallina criolla. En Cobán se sirve acompañado de arroz blanco y tamalitos envueltos en hoja, logrando una experiencia cálida y reconfortante ideal para días fríos. Esta receta es perfecta para quienes buscan explorar la cocina tradicional de Guatemala y disfrutar de un platillo profundo, especiado y lleno de historia.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 30 minutos
  • Tiempo de cocinado: 1 hora 30 minutos
  • Tiempo total: 2 horas
  • Raciones: 6
  • Categoría: Sopas y caldos
  • Tipo de cocina: Guatemalteca
  • Calorías por ración: 420 kcal

Ingredientes

Para el pavo y caldo

  • 3–4 lbs (1.5–2 kg) piezas de pavo (piernas o muslos)
  • Agua suficiente para cubrir
  • 1 cabeza de ajo
  • 1 cebolla
  • 1 manojo pequeño de cilantro
  • 4–5 tallos de cebolla
  • Sal al gusto

Para el recado rojo

  • 7 tomates
  • ½ lb tomatillo / miltomate
  • 1 cebolla grande
  • 2–3 pimientos rojos
  • 1 cabeza de ajo
  • 1 chile guaque
  • 1 chile pasa
  • 4–6 chiles cobaneros secos
  • 1 cda achiote (pasta o en polvo)
  • 1 oz pepitoria (semillas de ayote)
  • ½ oz ajonjolí (sésamo)
  • 1 cda pimienta negra entera

Final y servicio

  • ¼ taza hierbabuena picada
  • ¼ taza cilantro picado
  • Tamales blancos / pochitos
  • Arroz blanco
  • Aguacate al gusto
  • Chiltepe o salsa picante

Como hacer Kak’ik

  1. Cocinar el pavo y crear el caldo base: En una olla grande coloca las piezas de pavo y cúbrelas con el agua, añadiendo la cabeza de ajo partida por la mitad, la cebolla entera, los tallos de cebolla y el manojo de cilantro. Lleva a hervor y cocina entre 45 y 60 minutos hasta que el pavo esté tierno, recordando que usar olla de presión reduce considerablemente el tiempo si deseas acelerar la preparación sin alterar el sabor tradicional. Mientras hierve, retira cualquier espuma que suba a la superficie para mantener un caldo más limpio y con mejor sabor. Cuando el pavo esté listo, retira las hierbas, ajo y cebolla, ya que solo aportan aroma y no deben mezclarse con el recado. Conserva el caldo porque será fundamental para ajustar la textura del recado y darle la untuosidad característica del Kak’ik. Tradicionalmente el pavo se sirve entero en el plato para mantener la presentación auténtica del platillo Q’eqchi’, aunque puedes deshuesarlo si deseas que rinda más porciones o que sea más cómodo de comer.
  2. Asar y tostar los ingredientes del recado: Coloca un comal o sartén grande a fuego medio-alto y comienza tostando la pepitoria, el ajonjolí y la pimienta negra entera hasta que desprendan aroma, cuidando que no se quemen porque darían amargor al recado; este tostado es crucial para lograr la profundidad característica del Kak’ik. Luego asa los tomates, los tomatillos, la cebolla, los pimientos rojos abiertos y la cabeza de ajo con los dientes aún enteros, girándolos hasta que presenten manchas negras y la piel empiece a reventar, ya que este quemado controlado es lo que aporta el color rojo oscuro y el sabor ahumado típico. Abre los chiles guaque, pasa y cobaneros para retirar sus semillas y tuéstalos rápidamente, apenas unos segundos por lado, ya que si se queman arruinan el sabor; después remójalos en una taza del caldo caliente para suavizarlos, un truco indispensable para que se licúen completamente y el recado quede sedoso.
  3. Preparar el recado rojo tradicional: Lleva a la licuadora todos los ingredientes asados, los chiles remojados con parte de su líquido, las semillas tostadas y el achiote, agregando al menos una taza del caldo de pavo para ayudar al licuado. Procesa hasta obtener una mezcla muy fina y espesa, y añade más caldo si es necesario para alcanzar una textura aterciopelada; el recado debe ser espeso pero fluido, parecido a una salsa de mole ligero. Debido a la tradición y al refinamiento del plato, puedes colar la salsa para eliminar restos de piel o semillas y conseguir un resultado elegante, aunque en varias comunidades Q’eqchi’ se sirve sin colar para un estilo más rústico. Prueba la mezcla y ajusta la sal, y si deseas incrementar el picante, añade un poco más de chile cobanero, recordando que este ingrediente es parte esencial del carácter del Kak’ik y aporta tanto sabor como aroma.
  4. Integrar el recado con el pavo y cocinar: Coloca nuevamente las piezas de pavo en la olla del caldo y vierte el recado sobre ellas, mezclando bien para que todo quede integrado. Cocina a fuego medio durante 30 minutos, permitiendo que el recado espese y tome un color rojo intenso gracias al achiote, los chiles y el tostado previo; durante este tiempo puedes ajustar la textura agregando un poco más de caldo si la salsa se vuelve demasiado densa, ya que el Kak’ik debe quedar más espeso que una sopa pero menos espeso que un estofado. Este reposo al fuego también permite que el sabor ahumado se funda con la carne del pavo, que absorberá los aromas de los chiles y de las semillas tostadas, logrando la profundidad típica del platillo. Si preparas el Kak’ik un día antes, el sabor será aún mejor, porque el recado se asienta y se vuelve más complejo, una práctica común y recomendada.
  5. Servir al estilo tradicional Q’eqchi’: Sirve cada porción colocando una pieza entera de pavo en un tazón hondo y bañándola con abundante recado, manteniendo la presentación ceremonial que caracteriza al Kak’ik. Justo antes de llevar a la mesa, espolvorea hierbabuena y cilantro picado, ya que su frescura contrasta con la potencia del recado y equilibra el picor del chile cobanero. Acompaña con tamalitos blancos (pochitos) o arroz blanco, que ayudan a suavizar la intensidad del plato, y coloca chiltepe, salsa picante o incluso chile cobanero adicional para que cada comensal ajuste el nivel de calor a su gusto. También puedes servir láminas de aguacate para añadir suavidad, un acompañamiento tradicional que equilibra la riqueza del caldo rojo. Si preparaste el Kak’ik con anticipación, caliéntalo a fuego bajo para evitar que el recado se reduzca demasiado.