Pastelitos criollos

Pastelitos criollos argentinos
Receta de pastelitos criollos

Los pastelitos criollos son uno de los dulces más emblemáticos de la cocina rioplatense y forman parte del origen gastronómico ligado a las celebraciones patrias. Estos clásicos argentinos se caracterizan por su textura crocante y hojaldrados, elaborados a partir de una delicada masa de hojaldre que se fríe hasta abrir en capas. Tradicionalmente se rellenan con dulce de membrillo o batata, se bañan con almíbar y se decoran con grageas, dando lugar a un bocado irresistible, ideal para disfrutar en familia y mantener vivas las costumbres populares.

Aprender a preparar caseros estos dulces es más faciles de lo que parece, y permite respetar la receta clásica sin resignar sabor. Aunque la versión frita es la más tradicional, hoy también existen alternativas al horno, igual de sabrosas. Su relleno puede variar según la región y el gusto personal, pero el espíritu sigue siendo el mismo: un postre crujiente, dulce y profundamente ligado a la identidad cultural del Cono Sur.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 60 minutos
  • Tiempo de cocinado: 30 minutos
  • Tiempo total: 90 minutos
  • Raciones: 20 pastelitos
  • Categoría: Postres
  • Tipo de cocina: Argentina
  • Calorías por ración: 320 kcal

Ingredientes

Para la masa hojaldrada

  • 500 g de harina 0000
  • 1 cucharadita de sal
  • 1 cucharada de azúcar
  • 1 cucharada de polvo de hornear
  • 2 yemas
  • 1 cucharada de grasa vacuna o de cerdo
  • 1 cucharadita de jugo de limón o vinagre
  • 120 a 150 ml de agua o mezcla de agua y leche

Para hojaldrar

  • ½ taza de aceite neutro
  • 2 cucharadas de grasa derretida
  • Fécula de maíz (maicena), cantidad necesaria

Para el relleno

  • Dulce de membrillo o batata

Para freír

  • Grasa vacuna o aceite para freír (ideal mezcla de ambos)

Para el almíbar

  • 500 g de azúcar
  • 500 ml de agua
  • Jugo de ½ limón

Para decorar (opcional)

  • Grageas de colores

Como hacer Pastelitos criollos

  1. Formación de la masa: Colocar la harina en un bol junto con la sal, el azúcar y el polvo de hornear. Agregar las yemas, la grasa y el jugo de limón, e incorporar de a poco el líquido mientras se une la masa. Amasar durante varios minutos hasta obtener una masa firme, lisa y apenas elástica; debe resultar más bien durita, ya que esto favorece el hojaldre durante la fritura. Formar un bollo, cubrirlo y dejarlo reposar durante 30 minutos a temperatura ambiente para relajar el gluten y facilitar el estirado.
  2. Primer estirado y hojaldrado: Dividir la masa en dos partes para trabajar con mayor comodidad. Estirar una de ellas hasta lograr una lámina muy fina, casi transparente, cuidando que no se rompa. Mezclar el aceite con la grasa derretida y pincelar toda la superficie de la masa, luego espolvorear fécula de maíz de manera uniforme con la mano para que quede bien adherida. Doblar la masa primero por la mitad y luego en tres, formando un paquete, y repetir el mismo procedimiento con la otra parte de la masa. Dejar reposar los paquetes durante 20 a 30 minutos, tapados o en frío, para que las capas se asienten y no se retraigan.
  3. Estirado final y corte: Estirar nuevamente cada paquete hasta obtener un espesor parejo de aproximadamente 2 a 3 milímetros. Cortar la masa en cuadrados del tamaño deseado, utilizando siempre un cuchillo bien afilado y de filo liso, ya que el uso de cuchillas dentadas sellaría las capas e impediría que el hojaldre se abra correctamente durante la fritura. Mantener los recortes y sobrantes tapados para que no se sequen mientras se arma el resto.
  4. Armado de los pastelitos: Colocar una porción de dulce en el centro de un cuadrado de masa y humedecer apenas alrededor del relleno con agua para facilitar el sellado. Cubrir con otro cuadrado de masa, presionar bien los bordes y realizar un pellizco en cada lado o un leve corte en las esquinas para dar la forma clásica y permitir que el hojaldre se expanda al freír. Es importante sellar correctamente para evitar que el relleno se escape durante la cocción.
  5. Fritura y apertura del hojaldre: Calentar abundante grasa o aceite en una olla o sartén profunda, comenzando siempre con una temperatura tibia. Colocar los pastelitos y bañarlos constantemente con el mismo aceite usando una cuchara, ayudando así a que las capas se separen y se abran. Si el aceite estuviera demasiado caliente desde el inicio, los pastelitos se dorarían rápido sin hojaldre, por lo que este paso requiere atención y paciencia. A medida que se inflan y toman color, aumentar ligeramente la temperatura y girarlos hasta que queden parejos y bien dorados.
  6. Escurrido y almíbar: Retirar los pastelitos y colocarlos de costado o boca abajo sobre una rejilla o papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Preparar el almíbar llevando a hervor el agua con el azúcar y el jugo de limón durante unos minutos, hasta obtener una textura liviana tipo jarabe. Bañar los pastelitos aún calientes para que absorban mejor el almíbar y lograr el brillo y dulzor característicos.
  7. Terminación y reposo: Decorar con grageas de colores a gusto y dejar reposar los pastelitos. Aunque pueden consumirse en el momento, tradicionalmente se consideran aún más sabrosos luego de unas horas o al día siguiente, cuando el almíbar termina de integrarse y el hojaldre se asienta, conservando su textura crocante por fuera y suave por dentro.