Polvorosas venezolanas

Polvorosas venezolanas tradicionales
Receta de polvorosas venezolanas

Las polvorosas venezolanas son unas galletas tradicionales que forman parte del recetario dulce del país desde la época colonial. Su origen está ligado a la adaptación criolla de los polvorones españoles, elaborados en conventos con ingredientes sencillos y técnicas heredadas. En Venezuela evolucionaron hasta convertirse en piezas blancas, ligeramente gruesas y muy frágiles, elaboradas principalmente con harina de trigo, manteca, azúcar y canela, logrando una textura arenosa que se deshace en la boca como polvo.

Estas recetas antiguas destacan por ser caseras, económicas y fáciles de preparar, razón por la cual se mantienen vigentes en celebraciones familiares, especialmente en Navidad. Aunque hoy existen versiones con maizena, mantequilla o incluso aceite vegetal, la preparación clásica conserva la sencillez original y el sabor que identifica a varias regiones del país. Bien conservadas, estas polvorosas mantienen su calidad durante varios días, convirtiéndose en un dulce ideal para regalar y compartir. Son parte esencial de la tradición repostera venezolana transmitida de generación en generación.

Información de la receta

  • Tiempo de preparación: 20 minutos
  • Tiempo de cocinado: 18–25 minutos
  • Tiempo total: 1 hora y 30 minutos
  • Raciones: 20–25 unidades
  • Categoría: Repostería
  • Tipo de cocina: Venezolana
  • Calorías por ración: 180 kcal

Ingredientes

  • 250 g de harina de trigo todo uso
  • 125 g de manteca vegetal blanca
  • 125 g de azúcar
  • 1 cucharadita de canela en polvo
  • ¼ cucharadita de sal
  • 1 cucharadita de vainilla (opcional)
  • Azúcar glass o azúcar granulada con canela (opcional, para decorar)

Como hacer Polvorosas venezolanas

  1. Integración de los ingredientes secos y la manteca: Coloca en un bol amplio la harina, el azúcar, la canela y la sal, y mezcla hasta que todo quede bien distribuido. Incorpora la manteca vegetal y comienza a trabajar la mezcla con los dedos, apurruñándola y frotándola suavemente hasta obtener una textura arenosa y uniforme. En este punto se añade la vainilla si decides usarla. Es importante no amasar ni presionar en exceso, ya que la masa no debe volverse elástica; la textura correcta es similar a arena húmeda que se compacta al presionarla con la mano.
  2. Reposo de la masa: Una vez integrada la mezcla, reúne la masa formando una bola, cúbrela y déjala reposar entre 30 y 45 minutos a temperatura ambiente. Este reposo permite que la harina se hidrate correctamente con la grasa y evita que las polvorosas se agrieten o se desmoronen al momento de darles forma, un detalle clave en la receta tradicional.
  3. Formado de las polvorosas: Toma porciones pequeñas de masa y forma bolitas del tamaño de una nuez. Luego aplástalas suavemente con la palma de la mano hasta obtener una forma redonda y ligeramente plana, similar a pequeñas arepitas, procurando que no queden demasiado delgadas. En este paso puedes decorarlas marcando la superficie con un tenedor o haciendo una pequeña cruz con un cuchillo, lo cual además ayuda a que la galleta se cocine de manera uniforme. Colócalas en una bandeja cubierta con papel encerado, dejando un pequeño espacio entre ellas.
  4. Cocción controlada: Lleva las polvorosas a un horno previamente precalentado a 170–180 °C y hornéalas durante 18 a 25 minutos, dependiendo de tu horno y del tamaño de las piezas. Durante la cocción, presta atención a que no se doren por encima; el punto correcto se reconoce cuando la base está apenas dorada y la parte superior se mantiene pálida. Aunque al sacarlas puedan parecer blandas o ligeramente crudas en el centro, terminarán de asentarse al enfriarse, logrando la textura frágil característica.
  5. Enfriado y acabado final: Al retirar la bandeja del horno, deja las polvorosas reposar sin moverlas hasta que estén completamente frías, ya que calientes son extremadamente delicadas y se rompen con facilidad. Una vez frías, puedes espolvorearlas con azúcar glass o con una mezcla de azúcar granulada y canela, si deseas un acabado más tradicional. Guárdalas en un recipiente hermético para conservar su textura suave y quebradiza.