Tajadas con carne molida
Las tajadas de plátano con carne molida son uno de los platillos más representativos de la gastronomía de Honduras, disfrutado tanto en el almuerzo como en la cena por su sabor reconfortante y su preparación sencilla. Este plato combina tajadas crujientes de plátano verde con carne molida bien sazonada, logrando un equilibrio perfecto entre textura y sabor. Aunque las tajadas aportan la parte frita, el resto del platillo se elabora de forma casera, lo que lo convierte en una opción completa y muy apreciada dentro de la cocina hondureña.
Su origen se remonta a la costa norte del país, influenciado por las bananeras y la creatividad culinaria local, dando lugar a una receta que hoy es símbolo nacional. Preparadas al estilo hondureño, se sirven con repollo, encurtido y un suave aderezo que realza cada bocado. Esta combinación de ingredientes refleja tradición, identidad y el sabor auténtico que ha llevado a este platillo a conquistar mercados, hogares y restaurantes en todo el país.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 30 minutos
- Tiempo de cocinado: 45 minutos
- Tiempo total: 1 hora y 15 minutos
- Raciones: 4
- Categoría: Plato principal
- Tipo de cocina: Hondureña
- Calorías por ración: 650 kcal
Ingredientes
Para la carne molida
- 1 libra de carne molida de res
- 1 cebolla mediana
- 1 chile dulce (chile morrón)
- 3 dientes de ajo
- 1 tomate grande
- 2 cucharadas de achiote o pasta de tomate
- 1 cucharada de consomé de res (opcional)
- 1 cucharadita de orégano seco
- Sal al gusto
- Pimienta negra al gusto
- 2 cucharadas de aceite
- 1 taza de agua o caldo
- Cilantro fresco al gusto
- 2 papas medianas (opcional)
Para las tajadas
- 6 a 8 guineos verdes
- Aceite vegetal suficiente
Para la salsa rosada
- 2 tazas de salsa de tomate comercial
- ½ taza de caldo de la carne
- 1 cucharada de margarina o manteca vegetal
- 1 cucharadita de azúcar (opcional)
Para el encurtido rojo
- 1 zanahoria mediana
- ½ cebolla
- ½ remolacha pequeña
- Vinagre blanco al gusto
Acompañamientos
- 3 tazas de repollo blanco
- Queso rallado seco o semiseco
Como hacer Tajadas con carne molida
- Preparar el sofrito base: Comienza pelando y picando finamente la cebolla, el chile dulce y los dientes de ajo. Calienta el aceite en una olla o sartén amplio a fuego medio y sofríe estos ingredientes lentamente hasta que estén suaves y fragantes, evitando que se doren para no amargar el guiso. Corta el tomate en cubos pequeños o licúalo y agrégalo al sofrito, cocinándolo unos minutos hasta que se concentre y pierda la acidez, ya que esta base define el sabor tradicional de la carne molida.
- Guisar la carne molida: Incorpora la carne molida al sofrito y mezcla bien para que se impregne del sabor. Cocínala hasta que cambie completamente de color, separándola con una cuchara para evitar que se apelmace. Sazona con sal, pimienta, orégano y el consomé de res si decides usarlo, recordando que este último aporta sabor pero debe usarse con moderación. Disuelve el achiote o la pasta de tomate en un poco de agua y agrégalo junto con el resto del líquido, dejando hervir suavemente durante 20 a 25 minutos hasta que la carne quede bien cocida, jugosa y ligeramente caldosa.
- Enriquecer la carne y ajustar la cocción: Si decides usar papas, pélalas y córtalas en cubos pequeños, agrégalas a la carne cuando ya esté hirviendo para que se cocinen sin deshacerse y aporten cuerpo al guiso, algo muy común en puestos tradicionales. Remueve ocasionalmente para evitar que se pegue y ajusta la sal si es necesario. Al final de la cocción añade el cilantro finamente picado, apaga el fuego y deja reposar la carne unos minutos para que los sabores se asienten y el guiso tome mejor textura.
- Preparar la salsa rosada tradicional: En una olla pequeña coloca la salsa de tomate comercial junto con el caldo de la carne y la margarina. Cocina a fuego bajo, removiendo constantemente, hasta que la grasa se integre y la salsa tome un color rosado pálido y uniforme. Si la salsa resulta muy ácida, añade una pequeña pizca de azúcar para equilibrar el sabor, cuidando que no quede dulce; esta salsa debe ser ligera y servir solo como complemento del plato.
- Preparar el encurtido rojo: Lava bien el repollo, la zanahoria, la cebolla y la remolacha. Córtalos en tiras finas y colócalos en un recipiente amplio. Añade sal y vinagre poco a poco, mezclando y presionando ligeramente con las manos para que los vegetales suelten sus jugos. Déjalos reposar al menos 20 minutos, tiempo durante el cual la remolacha teñirá el encurtido de un color rojo intenso característico y aportará el toque ácido tradicional.
- Preparar las tajadas de guineo: Pela los guineos verdes y córtalos en tiras largas y parejas. Calienta abundante aceite en una sartén profunda y fríe las tajadas en tandas, manteniendo el fuego medio-alto para que queden doradas y crujientes sin absorber demasiado aceite. Retíralas cuando estén bien doradas, escúrrelas sobre papel absorbente y agrégales sal mientras aún están calientes.
- Armar y servir las tajadas: Para servir, coloca una base generosa de tajadas calientes en el plato, añade una porción abundante de carne molida con su jugo y báñala ligeramente con la salsa rosada. Coloca encima el encurtido rojo a tiras y finaliza espolvoreando queso rallado seco. Sirve de inmediato para disfrutar el contraste entre lo crujiente, lo jugoso y lo ácido, tal como se ofrece en los puestos tradicionales.